Martes, 17 de junio de 2014
 

EDITORIAL

Conflictos de límites y pragmatismo comunitario

Conflictos de límites y pragmatismo comunitario



Las plantas procesadoras de quinua, cuyos beneficios no reconocen límites fronterizos, terminarán siendo más convincentes que los localismos

Confirmando lo poco efectivos que han sido los esfuerzos hechos durante los últimos años para resolver el problema, el conflicto limítrofe entre los habitantes de Coroma (Potosí) y Quillacas, Salinas y Pampa Aullagas (Oruro) continúa latente y tensionando esa zona andina productora de quinua.
Tan recurrente ciclo de conflictos, negociaciones y treguas es una prueba de que los intentos de solución propiciados por las autoridades nacionales y regionales no han sido ni son suficientes. Lo que no quiere decir que sean vanos, pues si la violencia no ha llegado a desbordarse y las disputas se han mantenido dentro de límites relativamente razonables es, precisamente, porque desde las diferentes instancias gubernamentales (municipales, departamentales y nacional), algo se está haciendo al respecto.
Una pequeña pero muy elocuente muestra de la visión que orienta la manera como el problema está siendo afrontado la dio hace no mucho el primer mandatario a tiempo de inaugurar una planta procesadora de quinua en Coroma. "Sólo los originarios que viven acá van a poder resolver ese tema (...) es cuestión de reconocer cómo hemos vivido tantos años, antes de la colonia, durante la colonia y durante la República.
Con esas palabras, lo que hizo el Presidente fue reconocer tácitamente que uno de los mayores obstáculos que hasta ahora ha impedido la solución de éste, como muchos otros diferendos limítrofes en el territorio nacional, es la injerencia de instituciones como los comités cívicos, organizaciones y movimientos sociales, asambleístas y autoridades municipales y departamentales que se empecinan en hacer de las disputas territoriales una palestra para ganar popularidad entre sus coterráneos.
En efecto, y a pesar de la claridad con que la Ley de Delimitación distribuye deberes, derechos y responsabilidades, a la hora de negociar, llegar a acuerdos y tomar decisiones, los verdaderos interesados en este tipo de disputas, que son quienes viven en el lugar, suelen ser desplazados por demagogos que se empecinan en complicar las cosas. Así, la exacerbación de sentimientos y resentimientos localistas se constituye en el principal obstáculo para la serena, sensata y racional búsqueda de acuerdos entre las poblaciones directamente involucradas en los conflictos.
Lamentablemente, todos los factores inspirados en la demagogia tienden a exacerbarse al calor de los aires electorales que ya están inflamando los ánimos. Así, mientras los comunarios directamente involucrados en la disputa por los sembradíos de quinua buscan soluciones de mutuo beneficio, los dirigentes cívicos y aspirantes a candidatos de Oruro y Potosí, sin distinciones entre oficialistas y opositores, prefieren alentar el conflicto y declarar traidores a quienes aceptan seguir avanzando por la vía de la negociación.
Felizmente, todo parece indicar que la inauguración de modernas plantas procesadoras de quinua, cuyos beneficios no reconocen límites fronterizos, terminarán siendo el más convincente de los argumentos. (Reedición)