MARTILLEANDO
Un discurso estéril
Un discurso estéril
Mónica Briançon Messinger.- Ya tanto se ha hablado en contra del mundial de fútbol Brasil 2014 y de la Cumbre G 77 y China, que escribir un artículo más al respecto me ha parecido que irá a caer en saco roto.
A María Galindo le ha dado flojera reflexionar que con las ingentes cantidades de dinero que se ha destinado a estos eventos se hubiese podido construir escuelas y hospitales, tanto aquí como en el vecino país de la samba y el “futebol”.
A mi tocaya Mónica Olmos le ha parecido que somos unos desgraciados, señalando que los agraciados, que ahora usufructúan el poder, son los que gozan de un eventito político diseñado a la talla de nuestro gran timonel, para que allí pueda hablar sobre la descolonización y de protección a la Madre Tierra.
Otros columnistas también han plumeado en contra y yo me pregunto cuál es la opinión que tiene el resto.
Al parecer para el común de la gente el deporte de masas, el que mueve a multitudes y que está dando muchas sorpresas, le tiene al borde del televisor, lo que provoca que se olvide de almorzar, de atender a su trabajo o de gozar de la compañía de su familia.
En otras palabras, la pasión de multitudes ha sobrepasado cualquier reflexión que se haya hecho al respecto y casi todos están pendientes de los resultados de tal o cual partido. Ya ni vale la pena decir que a costillas de una pelota estamos consumiendo como langostas televisores, pipocas, cerveza, papas fritas y un sinfín de productos que mucho o poco tienen que ver con el fútbol.
En cuanto a la reunión de los 27 mandatarios y “demases”, la población, en general, no dice ni pío. Los que estuvieron de plácemes fueron las empresas constructoras que se embolsillaron muchos verdes al construir, en tiempo récord, la carretera que conecta el aeropuerto de Viru Viru con la ciudad de los anillos.
Asimismo estuvieron contentos los hoteles, los centros de eventos, los bares, restaurantes, las niñas de moral distraída y toda una bola de políticos que se abrazaron entre si y salieron bien en las fotos oficiales.
Por supuesto Ud. querido lector me replicará que no se puede hacer mucho con respecto a las decisiones que se toman en las altas esferas gubernamentales y hay que aguantar, como sea, el que unos pocos gocen del uso temporal del poder, por lo que cruzándose de brazos y reproduciendo al extinto “Tano” Llobet, dirán que así nomás había sido.
¿Será cierto que así nomás es? ¿Que nos tenemos que aguantar y soportar que hagan uso de nuestros recursos en reuniones con resultados poco probables de ser llevados a la práctica? Sería interesante que Ud. se plantee algunas ideas para evitar el despilfarro de nuestra platita.
Y en cuanto al fútbol, si está de acuerdo en que para llevarlo a cabo se ha derrochado, y le parece una barbaridad las eternas postergaciones a la construcción de hospitales y escuelas ¿ha dejado de ver los partidos en la “tele” como señal de protesta?
¿O es que simplemente ha preferido sentarse en su sillón para disfrutar del mundial, no importando si sabe o no de las mínimas reglas de fútbol para entender por qué 22 hombres van pateando una pelota, sudando como locos, con serias posibilidades de sufrir una torcedura, un cabezazo, una fractura y demás posibles accidentes?
Sé que ante ciertas decisiones no se puede hacer nada, porque las toman allá arriba, pero ¿y las que se pueden hacer desde abajo? Le desafío a que me escriba y me presente unas pocas, tal vez una o dos, porque hasta mientras, los artículos que reflexionan sobre lo que sí se debería haber hecho con tanta plata, son un discurso estéril.
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