Políticos pretendiendo buena letra…
Políticos pretendiendo buena letra…
A. Enrique Durán Pacheco.- Recuerdo que en mis años de escuela, los malos alumnos querían mejorar sus calificaciones y pasar de curso "haciendo buena letra con los profes”, es decir, asumiendo el rol de ‘chupas’ o ‘corchos’. Esta remembranza hoy viene a mi mente, como resultado de la coyuntura preelectoral, la cual deja al descubierto ciertas actitudes que podrían ser comparadas –a modo de analogía– con aquel comportamiento escolar; solo que en este caso el papel de los estudiantes lo ocuparían los políticos, el de los profesores lo tendrían los partidos políticos y las notas para pasar de curso serían las listas de candidatos a diputaciones y senadurías.
Partamos de esta analogía definiendo qué es “hacer buena letra en la escuela”, pudiendo entenderse como la actitud servil de alumnos que –más allá del aspecto académico– quieren obtener mejores notas a través de regalos, levantando la mano para apoyar incondicionalmente a los profesores, llevando y trayendo chismes de sus compañeros y finalmente tratando de mostrarse como los estudiantes modelo que no son.
Basados en ese concepto inicial, consultamos con algunas personas para que nos ayudaran a determinar cuáles serían las actitudes que hoy caracterizan a aquellos políticos que intentan “hacer buena letra en tiempo electoral”, habiendo identificado las siguientes:
a) No contradecir bajo ninguna circunstancia las decisiones de sus partidos políticos, ni siquiera cuando van en contra de los intereses de su Departamento.
b) Justificar a como dé lugar los errores de sus jefes, no importando si tienen que morderse la lengua para ello.
c) Demostrar que tienen “capacidad de movilización” o manipulación, convocando algún corporativismo social: gremial, sindical, vecinal o campesino para que “ponga el cuerpo” en momentos de conflicto.
d) Organizar entregas de obras, condecoraciones y otros actos donde puedan hacer brillar a “los capos” y salir en la foto con ellos.
e) Utilizar frente a sus jefes, algún atuendo folclórico que los distinga, sin considerar si corresponde a no a su región o si es regalo de alguno de sus “viajes de trabajo” al extranjero.
f) Y finalmente, algunos tienen que declararse seres descolonizados y enemigos de los imperios, sin percatarse que en los actos que organizan invitan Coca-Cola y whisky escocés.
Como se imaginará usted, éstas y otras actitudes paradójicas fueron reveladas durante la indagación, pero un aspecto que llamó mucho la atención es el cuestionamiento de la ciudadanía en relación a: ¿Por qué los políticos no se ocupan de hacen buena letra frente al pueblo y solo lo intentan frente a sus jefes y partidos?
La respuesta apareció inmediatamente, ya que con las elecciones en puerta, es tarde para ganarse al pueblo que descuidaron durante los cinco años que ostentaron el poder, además de haber desperdiciado la oportunidad de orientar los millones que hoy maneja el Estado hacia las necesidades colectivas de quienes los eligieron; más al contrario, se ocuparon de precautelar los intereses de sus partidos políticos, dejando en último plano los intereses de Chuquisaca.
En síntesis, estos pintorescos personajes actuaron como no debían, “hicieron mala letra frente al pueblo”, y por lo mismo ahuyentaron la posibilidad de ser reelegidos. A estas alturas, deberían ser conscientes de que aunque logren “conquistar” a sus jefes (a sus profes), esta vez no obtendrán la calificación suficiente para pasar de curso (para ser reelegidos), pues la verdadera decisión al respecto (la nota) la pondrá aquel pueblo que desestimaron. Por ello, antes de volverse a postular, deberían saber que difícilmente la ciudadanía volverá a apostar por quienes priorizaron de todo, menos los intereses de su región y de quienes los eligieron. ¿O qué opina usted?
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