Domingo, 22 de junio de 2014
 

Marc Wilmots, seleccionador de Bélgica, habla durante una conferencia de prensa en Río de Janeiro.
Marc Wilmots, seleccionador de Bélgica, habla durante una conferencia de prensa en Río de Janeiro.

Rusia examina al cuadro belga

Rusia examina al cuadro belga

Rio de Janeiro / EFE

La selección rusa que dirige Fabio Capello examinará, hoy en el estadio de Maracaná, a Bélgica, la aspirante que más expectativas despierta, que debe confirmar en su partido más complicado si está preparada para dar el salto.
El conjunto de Marc Wilmots es señalado por la mayoría como el equipo que se puede meter entre los favoritos tradicionales en la lucha por el título.
Bélgica, por fin, parece haber encontrado a sus nuevos “diablos rojos”. Si en los 70 fue capaz de ahogar a sus rivales con un estilo que le llevaba a tirar la línea del fuera de juego hasta el centro del campo y, una década después, encontró otra generación dorada comandada por el talento de Enzo Scifo, ahora se siente preparada para volver a lo grande a la escena mundial.
Cuenta con suficientes argumentos. Tiene al portero más en forma del mundo, Thibout Courtois, decisivo en las últimas conquistas del Atlético, y un puñado de jugadores curtidos en el fútbol inglés, con suficiente experiencia para aspirar a salir como favoritos en cualquier combate.
El equipo de Marc Wilmots no tuvo un debut deslumbrante y sufrió más de lo esperado para superar a Argelia. Entonces, los hechos señalaron directamente al banquillo porque fueron los tres jugadores que entraron en el segundo tiempo (Fellaini, Mertens y Origi) los que agitaron el hasta entonces insulso juego belga.
En principio, parece que de estos el centrocampista del Nápoles Dries Mertens, autor del 2-1 frente a los magrebíes, es el que tiene más posibilidades de salir en el 11 inicial.
Wilmots, además, está pendiente de la evolución de Vincent Kompany, que se perdió los dos últimos entrenamientos del equipo por una lesión muscular pero al que el técnico no quiso descartar.
En Rusia, mientras, el debate está en la portería después de que el empate ante Corea del Sur tuviese como protagonista al guardameta Igor Akinfeev, al que se le escapó un balón que podía haber atrapado con facilidad.
Fabio Capello salió en defensa del portero y no lo quiere señalar relegándole al banquillo, porque los problemas de la selección rusa no están sólo en la meta, sino en la indefinición de su juego, demasiado intermitente.