Martes, 1 de julio de 2014
 

El delantero alemán André Schürrle (i) celebra el primer gol anotado ayer, a favor de su Selección; abajo, la desazón de los jugadores argelinos tras el último gol de Mesut Özil.
El delantero alemán André Schürrle (i) celebra el primer gol anotado ayer, a favor de su Selección; abajo, la desazón de los jugadores argelinos tras el último gol de Mesut Özil.


MUNDIAL Alemania sufrió más de la cuenta para ganar a Argelia, ayer, en el tiempo de alargue

Sufre para clasificar

Sufre para clasificar

Porto Alegre / EFE

Alemania, la todopoderosa Alemania, sufrió para eliminar a Argelia (2-1), que aguantó hasta la prórroga un partido que dominó en muchas fases y que terminó con dos goles de André Schürrle y Mesut Özil y que acabaron con la sed de venganza africana, que no obstante llegó hasta el último instante con el gol de Abdoulmene Djabou.
Con el recuerdo de aquel duelo bochornoso del Mundial de España 1982 en el que Alemania y Austria dejaron sin torneo a Argelia y que absorbió casi todos los días precedentes al choque, saltaron las dos selecciones al césped del estadio Beira-Rio de Porto Alegre. Todo lo que ocurrió el 25 de junio de 1982, en ese arreglo entre ambos países, todavía escocía en el país árabe.
Por mucho que el técnico germano Joachim Löw intentara restar importancia a aquella jornada infame para el fútbol, asegurando que sus jugadores y los argelinos no habían nacido aquel día y no se acordaban de nada, los hombres de Vahid Halilhodzic conocían perfectamente la historia.
Encerrados y muy bien colocados, los argelinos fueron mucho mejores en la primera parte. Tenían ganas de hacer historia, sed de venganza y buenas sensaciones para acabar con Alemania. No dejaron prácticamente ni un hueco a los germanos, que apenas contaron con una ocasión clarísima al final de la primera parte con Mario Goëtze.
Ese fue casi todo el bagaje ofensivo en los primeros 45 minutos de Alemania. Durante casi media hora, pareció jugar como aquel partido de 1982 ante Austria. Al paso, sin nervio, con pases facilones y sin verticalidad. A ese ritmo, no iban a ningún sitio. Y Argelia, casi lo aprovechó.
Dispuso de varias oportunidades que no culminó. Primero, Islam Slimani, con un contragolpe que frenó Manuel Neuer; después, Sofiane Feghouli, que no finalizó una jugada muy clara de gol; Faouzi Ghoulam se apuntó al carrusel de ocasiones con una internada por la izquierda que a punto estuvo de entrar en la portería de Alemania; y, de nuevo, Slimani, que marcó de cabeza pero su tanto fue anulado por fuera de juego.
Argelia mereció marcharse por delante en el marcador antes del descanso. Hizo mucho más para irse con ventaja, incluido un esfuerzo físico muy grande que después le pasó factura. Se notó al final de la primera parte y los germanos intentaron aprovecharse con un inicio fulgurante en la segunda.
Durante diez minutos acosaron el área de M’Bohli, que se encargó de sacar como pudo un disparo de Schürrle y un zapatazo de Philipp Lahm en la que fue su mejor parada del partido. Se estiró como un chicle para sacar una mano salvadora con la que rozó la pelota para despejarla a córner.
Fueron los mejores momentos de Alemania, que no pudo evitar la resurrección de los Zorros del Desierto. Argelia se recuperó del empuje rival y volvió a dejar con pocos argumentos a la escuadra de Löw, que se volvió a atascar sin ideas frente a un muro muy bien cimentado que sólo se derrumbaba para salir al contragolpe con jugadas peligrosísimas.
Pero Alemania es Alemania y hasta el final no hay que confiarse. Se esperaba un último arreón para marcar uno de esos goles germanos, al final, cuando más duele. En esos momentos apareció por fin Thomas Müller, casi desaparecido durante 90 minutos, pero chocó de nuevo con M’Bohli, que sacó otro balón milagroso tras un cabezazo a bocajarro del jugador del Bayern de Múnich.
Entre M’Bohli, que volvió a salvar otro remate, esta vez a Schwensteiger, y la defensa argelina, consiguieron desesperar a Alemania, que al final acabó necesitando la prórroga para acabar con la resistencia africana.
Ésta se desmoronó en el minuto 93 con un gol de tacón de Schürrle y con un tanto postrero de Mesut Özil. Fue el fin de Argelia, que no consiguió su venganza pero con honor y con un tanto final de Djabou, puso contra las cuerdas a un equipo que se verá las caras en cuartos de final con Francia. Europa sigue con vida. África murió ayer con dignidad.

Manuel Neuer

ARQUERO DE ALEMANIA
En la segunda mitad tuvimos más posibilidades y jugamos mucho mejor”.

Joachim Löw

ENTRENADOR DE ALEMANIA
Ellos eran muy rápidos. Después evolucionamos. Jugamos mejor”.

Rais M’Bohli

ARQUERO DE ARGELIA
Ahora hemos escrito la historia del fútbol argelino, eso es muy bueno”.

El dato

El argelino Abdelmoumene Djabou marcó ayer frente Alemania el gol 150 del Mundial Brasil 2014.

Un clásico

Joachim Löw, seleccionador de Alemania, aseguró, tras ganar por 2-1 a Argelia, que su próximo encuentro ante Francia, en cuartos de final del Mundial de Brasil, será un clásico con el drama y la tensión de anteriores enfrentamientos entre ambas selecciones.
Löw alabó el encuentro que completó el conjunto norteafricano y a la vez pensó en un futuro que deparará un choque con antecedentes históricos muy emocionantes.
“Podría hablar del partido de 1982 entre Francia y Alemania (en las semifinales del Mundial de España). Siempre fue histórico, son partidos tensos y con mucho drama. Ellos tienen un equipo muy guerrero y muy fuerte, tanto en defensa como en el mediocampo, con grandes jugadores, muy buenos en ataque como Benzema. Un Francia-Alemania siempre es un clásico con drama y tensión”, destacó.
Sobre el partido contra Argelia, Löw destacó que Alemania tuvo una primera en la que fueron peores y la segunda en la que mejoraron.