Domingo, 6 de julio de 2014
 

DISTURBIOS. Un manifestante palestino tira un cocktail Molotov en Gaza.
DISTURBIOS. Un manifestante palestino tira un cocktail Molotov en Gaza.

CONTINÚA LA TENSIÓN POR ASESINATOS

Violencia racista amenaza a los israelíes y palestinos

Violencia racista amenaza a los israelíes y palestinos

Como un espectro, preludio en el pasado de violentos y largos conflictos, la amenaza de la violencia racista volvió a surcar ayer Israel y Palestina, escenarios de incidentes protagonizados por radicales de ambos bandos que se saldaron con una treintena de heridos y cerca de 20 detenidos.
Asida a la indolencia que impone el Sabat (la fiesta judía que en Jerusalén se siente más que en cualquier otra ciudad de Israel), la ciudad santa amaneció ayer sábado envuelta en una calma tensa tras los duros enfrentamientos que se repitieron de madrugada en el barrio de Suafat.
Al menos 20 personas, entre ellas varios agentes israelíes, resultaron heridas en los choques que estallaron tras el entierro de Mohamad Abu Jedeir, el menor palestino hallado muerto el jueves, al parecer víctima de la venganza de radicales judíos.
Según imágenes de la cámara de seguridad en la zona, el adolescente, de 16 años, fue forzado por dos hombres a entrar en un coche de madrugada en la calle principal de Suafat.
Su cuerpo, carbonizado y con otros signos de violencia, fue hallado horas después tirado en una zona boscosa de Jerusalén Oeste en un asesinato que investiga la Policía y cuyos indicios parecen apuntar hacia grupos ultranacionalistas judíos.
Abu Jedeir desapareció pocas horas después de que cientos de personas se congregaran en el centro de Israel al grito de "muerte a los árabes" y atacaran a trabajadores palestinos en respuesta a la muerte de tres estudiantes israelíes, hallados muertos el lunes cerca de la ciudad palestina de Hebrón tras 19 días desaparecidos.
Desde que estos fueran enterrados, las redes sociales en hebreo se llenaron, además, de mensajes racistas y de llamamientos a la venganza, algunas de ellas con fotos de soldados y civiles que exigen ajustar cuentas. EFE