Viernes, 18 de julio de 2014
 

ENTRE COLUMNAS

Reservas sin moral

Reservas sin moral

Rodolfo Mier Luzio.- A medida que se acercaba la hora para presentar la lista de candidatos a diputados y senadores para las elecciones de octubre, aparecían los infiltrados al oficialismo, desde los lugares menos pensados. En ese momento nadie habló, ni siquiera pensó, en ideologías y planes de gobierno, sólo se trataba de política pragmática, para sacarle beneficios personales a una coyuntura electoral.
De ser acérrimos enemigos del partido en función de gobierno, o críticos de su forma de gobernar; muchos, perseguidos y a punto de ser encarcelados y otros silenciosos “opositores” esperando la hora de emerger desde sus cenizas ideológicas para apoyar al ganador: “si no puedes con el enemigo, únete a él”, se convirtieron en candidatos.
Y así fue. Dirigentes cívicos que utilizaron su posición de representantes de la población para aprovechar y aparecer como útiles personajes en las listas oficialistas. Alcaldes que alguna vez fueron parte de la oposición, no sintieron ni el menor arrepentimiento por defraudar el voto ciudadano que los eligió para dirigir una alcaldía, no para aprovecharse de su posición traicionando el sentir de sus electores que votaron por un candidato opositor. Y cómo no, concejales de la oposición también hicieron sesudos análisis, para emerger como as bajo la manga del MAS.
Reinas de belleza también se prestaron a poner su imagen a disposición de las listas del oficialismo y así tener una primorosa bancada en el Parlamento.
“Opositores funcionales” ayudaron a llenar la lista de candidatos, evitando de esa manera el reciclaje de masistas; también entraron a jugar un papel muy importante los parientes y amigos, dirigentes y autoridades, no importó que fueran de derecha. Lo importante es que eran su reserva, sin mucha moral que digamos.
Todo este embrollo de candidatos no le otorga al elector mucho que elegir. A los masistas, sabiendo que en cualquier momento se alejarán de sus filas; al ciudadano de a pie, comprobando que no son para nada confiables, a la hora de la verdad. Si lo hicieron una vez, pueden volver a hacerlo en cualquier momento. Son políticos pragmáticos que sólo buscan medrar de la política vendiéndose a cualquier postor.
Las reservas que se guardó el MAS, a la hora de elegir candidatos, constituye un grupo sin moral, que si llegan al Órgano Legislativo, lo harán para lograr beneficios personales y, en la mayoría de los casos, para levantar la mano y así aprobar una ley que llegó directamente del Palacio Quemado. Una tarea sencilla que evita en todo caso el debate, algo que al presidente candidato, tampoco le gusta.
Por lo menos...esa es mi opinión.