CEREMONIA. La consagración realizada anoche.
TRES JÓVENES SE ORDENARON ANOCHE
Iglesia Católica vive la consagración de nuevos sacerdotes
Iglesia Católica vive la consagración de nuevos sacerdotes
Sus historias de vida cuentan realidades diferentes con una misma respuesta
Dayana Martínez Carrasco
Un accidente, la influencia de la familia, cambio de rumbo pero al final un llamado de Dios. La consagración sacerdotal es un hito en la vida de un grupo especial de personas y ayer, tres jóvenes de la Arquidiócesis de Sucre entregaron su vida al servicio del Señor.
Las historias de vida son diferentes pero todas comparten algo en común, una respuesta al llamado de Dios, así comentaron los tres nuevos sacerdotes: Juan Carlos Ramírez, Reynaldo Brito y Marcelo Echalar, que anoche, fueron ordenados como presbíteros (sacerdotes).
El atraco de unos pandilleros que casi le hacen perder la vida fue el momento que marcó la vida de Marcelo Echalar, de Sucre, que tras su recuperación en el hospital, decidió ser sacerdote y ayer vio cumplido ese sueño.
Su madre, Esther Flores, llena de lágrimas, contó la historia de Marcelo que quería ser policía, pero un atraco le mostró otro camino y decidió ingresar al seminario.
“Casi muere por el atraco, pero escuchó la llamada del Señor y decidió estudiar en el Seminario; nos hemos puesto muy felices”, comentó Flores.
Por su parte, Juan Carlos Ramírez proveniente de Redención Pampa, indicó que tuvo la influencia y motivación de algunos sacerdotes que fueron parte de su vida, a quienes recuerda con mucho cariño y agradece el haber confiado en él.
“Al principio como en todo lugar, te dicen ‘no, tú no vas poder’ pero luego todo cambia”, comentó Juan Carlos al indicar que se sentía muy emocionado de poder cumplir el sueño de ser sacerdote.
Juan Carlos quería ser médico y tenía entrada libre a la Universidad, pero decidió ser sacerdote y cambió su vida. Ahora, quiere dedicarse a la formación, especialmente de grupos juveniles.
Por su parte, Reynaldo Brito, originario de Yacambe de Redención Pampa, tuvo desde muy pequeño la influencia de su padre que era catequista, sin embargo, reconoce que también en su familia les costó aceptar su vocación “porque una familia siempre quiere tenerte más cerca”, dijo.
“Es una nueva etapa, un desafío, hay que entregarse al Señor, un día soñamos con ser sacerdotes y ahora se cumple”, concluyó Reynaldo.
Emotivo
En la consagración de los nuevos sacerdotes realizada anoche, en la Catedral Metropolitana, conmovió la presencia de Rodrigo Portillo, uno de los seminaristas heridos en el accidente del 18 de junio.
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