CONTAMINACIÓN. La actividad minera que se desarrolla en las provincias Nor y Sud Chichas baja con desechos minerales de alto riesgo.
ES AFLUENTE DEL RÍO PILCOMAYO
Cinteños piden atención a contaminación del Pilaya
Cinteños piden atención a contaminación del Pilaya
Dos afluentes del río están contaminados con metales pesados por la minería
Luis Alberto Guevara
Cinteños reclaman atención urgente. Aunque no se sabe en qué cantidad, los pobladores de la región de los Cintis están convencidos de que los ríos Grande y San Juan del Oro que alimentan al río Pilaya y luego se funden con el río Pilcomayo están contaminados con metales pesados producto de la actividad minera que se desarrolla en las provincias Nor y Sud Chichas del departamento de Potosí.
Por eso, instituciones y organizaciones cinteñas vienen reclamando desde hace años la instalación de puntos de monitoreo ambiental en las partes altas de esta cuenca, para determinar de qué sectores salen las aguas contaminadas, con qué tipo de metales y en qué cantidades.
El gerente general de la Mancomunidad de Municipios de los Cintis, Edgar Llanos, informó que en pasados días una comisión recorrió los sectores donde hay actividad minera y constató que las empresas o cooperativas trabajan sin ningún tipo de control.
Dijo que la situación es preocupante porque sólo en el caso de la empresa Tasna se observó que los desechos mineros son vertidos directamente a la quebrada, y al no haber agua suficiente para el arrastre, se quedan a la intemperie.
Sin embargo, lo peligroso para la salud de las personas, de los cultivos y la vida misma de los ríos, se presenta cuando los desechos con metales pesados son arrastrados por las lluvias.
Pero eso no es todo, Llanos denunció que las empresas mineras que tienen sus diques para retener las aguas contaminadas, aprovechan las primeras lluvias para abrir sus depósitos y dejar que se mezclen con la gran cantidad de agua que arrastran los ríos Tumusla y Cotagaita hasta llegar al río Grande. Resultado de ello es que los diques nunca llegan a colmatarse.
Similar panorama se vive en la cuenca alta que alimenta al río San Juan del Oro, apuntó.
Según el Gerente General de la Mancomunidad de los Cintis, cada año los viñateros que están en el cañón Colorado no utilizan las aguas de la primera llegada del río en sus cultivos porque bajan de color negro. En época de lluvia, los productores viven alertas para evitar la contaminación de sus tierras, afirmó.
SIN CONTROL
Así, para Llanos, es claro que en la parte alta de la cuenca que alimenta finalmente al río Pilcomayo no hay ningún tipo de control ambiental a las empresas mineras y menos a la calidad de agua, algo que es reclamado constantemente por los cinteños.
Por ello, manifestó que la región de los Cintis pide que se coloquen puntos de monitoreo de calidad de agua en los ríos Grande y San Juan del Oro, y se tomen acciones para proteger el medioambiente.
Dijo que la situación más crítica de contaminación minera se manifiesta en el río Tumusla que después se une al río Grande y alimenta al río Pilaya.
Finalmente, hizo notar que en la parte alta de la cuenca se puede observar pequeñas corrientes de agua cristalina, pero sin ninguna presencia de plantas o insectos en los cauces. No hay ningún tipo de vida, recalcó.
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Algunas empresas mineras que cuentan con pequeños diques para contener las aguas contaminadas, aprovechan las primeras lluvias para descargar los desechos, según Edgar Llanos.
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