DESDE LA TIERRA
“I took Panamá”
“I took Panamá”
Lupe Cajías.- El mundo conmemora este 2014 el siglo de una de las obras de ingeniería más espectaculares que llenó en su momento de soberbia a la humanidad pues sus habilidades habían vencido a la terca naturaleza que separaba los dos grandes mares con un istmo. Se cumplían los sueños más estrambóticos de Almagro y Morgan y finalmente los barcos podían atravesar con sus mercaderías desde Flandes a Shanghái.
Quedó claro, además, el florecimiento de la industria y del conocimiento anglosajón que logró encontrar la solución a través del juego de esclusas para nivelar el arribo de los barcos entre las dos orillas, algo que no logró ni siquiera el ingenio del francés Lesseps, héroe del Canal de Suez en el África.
El Canal Interoceánico de Panamá es una de las maravillas modernas. Bolivia contribuyó con sus saberes más profundos pues fueron los sabios kallawayas los que partieron hasta esa selva, con sus chuspas llenas de flores silvestres y cenizas como único equipaje, para vencer la malaria que diezmaba a los obreros traídos del mundo entero.
Sin embargo, la construcción de esa obra también marcó el mando del nuevo imperialismo y del nuevo colonialismo, que desplazó definitivamente a Madrid y a Londres para asentarse hasta estos días en Washington. La construcción faraónica supuso el enganche, a veces forzado, de obreros centroamericanos y caribeños (los chombos), muchos de ellos salvadoreños (los huanacos) y el inicio de las nuevas invasiones a Nicaragua, además del apogeo de la United Fruit que destrozó para siempre la gobernabilidad en Guatemala.
El Presidente de EEUU, Rooswelt, se expresó clara e impunemente cuando dijo “I took Panamá” porque la construcción de la vía aprovechó el movimiento independentista panameño para sacar de Colombia de ese territorio. Cuenta la historia que, en compensación, un grupo de banqueros de Wall Street, decidió dar a Bogotá la localidad amazónica, de Leticia, entonces peruana y ambas naciones padecieron una guerra fratricida. Estados Unidos se apoderó esos años también de Puerto Rico, que no logró alcanzar su independencia como la Cuba de José Martí, y de Hawai, isla que suele presentar como paradisiaca para que olvidemos las luchas de sus nativos colonizados y casi exterminados. La lucha por recuperar la franja del canal, dominada por tropas yanquis hasta 1978, fue constante entre los panameños, asunto que siempre promovió la simpatía de los istmeños por la causa marítima boliviana.
El siglo XXI encuentra al imperio estadounidense en decadencia, sin embargo, ahora Rusia aparece como la nueva amenaza, todavía amigable pero seguro no desinteresada.
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