EDITORIAL
. La viabilidad de la Hidrovía
. La viabilidad de la Hidrovía
Es de esperar que no sea por la indiferencia de empresarios y gobernantes que la hidrovía pierda su viabilidad, como al parecer está ocurriendo
Una serie de noticias provenientes de Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina y también de organizaciones empresariales de nuestro país, han dado cuenta durante los últimos días de una honda preocupación que se está extendiendo entre quienes desde el sector público, pero sobre todo del privado, están involucrados con el comercio internacional.
El motivo de la preocupación es que la Hidrovía Paraguay Paraná está languideciendo víctima del abandono y, lo que es más grave, con serios indicios de que tal situación no sería fortuita sino directo resultado de diversos intereses económicos que verían con satisfacción el fracaso del proyecto.
Las más fuerte señales de alarma son las que provienen de Paraguay. Es que ese país, uno de los socios del proyecto, junto con Brasil, Argentina, Uruguay y Bolivia, es, por su ubicación geográfica y su oferta exportadora, el más afectado por esa paralización. Por motivos muy similares a los paraguayos, están también alarmados los empresarios agroindustriales de los estados del centro y oeste brasileño que tienen gran parte de su oferta exportadora, principalmente soya, dirigida hacia los mercados del Atlántico.
En lo que a Bolivia corresponde, al parecer las opiniones están divididas. Es que durante los últimos años, China ha irrumpido con inusitado vigor como principal comprador de la soya y otros alimentos. Eso significa que para quienes priorizan la consolidación de lazos comerciales con el mercado chino es mucho más atractiva la inversión en los corredores terrestres que se dirigen hacia el Pacífico.
En términos concretos y prácticos, esa inclinación hacia el Pacífico se traduce en la priorización de los corredores que se dirigen hacia esa dirección. Así se explica que los países y empresarios más interesados en satisfacer la demanda china prefieran nuevos caminos y mejorar los ya existentes para llegar a las del oeste continental. Ejemplos de esa inclinación sería el esmero con que comparten sus esfuerzos autoridades de Iquique con empresarios del sector exportador boliviano, o los compromisos adquiridos por representantes de la agroindustria cruceña ante autoridades chinas para incrementar el envío de soya a ese país mediante una vía marítima directa entre Iquique y Shangai.
Un segundo factor, también importante, por lo menos desde el punto de vista de los empresarios y el gobierno de Paraguay, sería el sabotaje sistemático de Argentina que considera a la Hidrovía como una inconveniente competencia a su oferta exportadora. Es razonable tal sospecha, pues resulta lógico que cuanto más difícil sea la navegación por la Hidrovía menos rivales tendrán las exportaciones argentinas, por naturaleza dirigidas hacia el Atlántico.
A Bolivia, precisamente por su peculiar ubicación geográfica, a diferencia de Paraguay, le es difícil tomar partido a la hora de elegir entre el Pacífico o el Atlántico, mucho menos si, como aparentemente está ocurriendo, ambas posibilidades se plantean en términos excluyentes. Y no lo es porque a pesar de lo atractiva que pueda ser la apuesta por el Pacífico, nuestra relación con el Atlántico no es nada desdeñable. Por eso, es de esperar que no sea por la indiferencia de empresarios y gobernantes que la hidrovía pierda su viabilidad.
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