Miércoles, 20 de agosto de 2014
 
Uso adecuado de espacio público

Uso adecuado de espacio público

Gastón Solares Ávila.- Tiene que causar beneplácito general la promulgación de una ley de uso del espacio público, aunque haya la excepción dentro del sector comercial gremialista. Es inaudito que se permita la utilización de aceras hasta el extremo de que las calles se conviertan en verdaderos mercados, como actualmente ocurre.
Ahora dependerá solamente de la capacidad ejecutiva de hacer respetar la disposición en cuanto se concluya el reglamento, para evitar que, como sucede en muchas otras cosas, se dictamine una cosa y se permita otra.
Desde hace años se reclama sobre la necesidad de ampliar las aceras siguiendo el ejemplo de las dos cuadras de la calle Nicolás Ortiz, pero nadie hace nada. Es cierto que los vecinos son responsables de la conservación de las aceras, pero es la Alcaldía la que tiene que tomar la iniciativa, sobre todo cuando hay modificaciones tan importantes como el ancho que mejora la situación para el peatón, pero limita el espacio de la calzada por lo que hay necesidad de la acción municipal.
Precisamente la Dirección de Planificación Territorial, ha elaborado un programa de transporte dando prioridad al peatón, como en cualquier parte del mundo civilizado. Bolivia debe ser el único país en el que los vehículos tienen prioridad obligando a los peatones a hacer milagros para evitar ser embestidos. Será por eso que los turistas consideran su paso por Bolivia como una especie de turismo de aventura, sencillamente porque es una aventura cruzar las calzadas por la falta de educación de conductores y también de peatones. A pesar del esforzado trabajo de las “cebras”, no se logra mucho avance en este sentido, por falta de una campaña integral.
Preocupan varias cosas del plan al que hago referencia, como el hecho de incentivar el uso de bicicletas por las calles pendientes de la ciudad. Si tenemos problemas en la movilización de personas, vehículos y motos, aumentar otro medio de transporte que requiere de ciclo vías, sin tener especio para construirlas por lo menos en el centro, sería aumentar el caos y los riesgos.
Por otra parte, pretender disminuir la contaminación evitando la utilización de vehículos motorizados todos los primeros sábados de mes so pretexto de días del peatón, es poco menos que imposible, sencillamente porque se trata de días laborables, porque la gente se desplaza al campo, porque tienen que funcionar hospitales y ambulancias, porque son los días en los que las amas de casa programan para sus compras, porque llegan y salen pasajeros de la ciudad por aire y tierra y, especialmente, porque hay otra forma mucho más efectiva para disminuir la contaminación, como es el control de los vehículos de mala combustión, empezando por los oficiales.
Paralelamente, existe a nivel nacional la restricción vehicular que establece prohibición de circular en el centro según los números de placa y de acuerdo a cronograma establecido, lo que tenía también vigencia para nuestra ciudad, pero como todo lo que ocurre en Sucre unas veces hay control y otras no.
El Programa del PROMUT, programa municipal de transporte, tiene aspectos muy interesantes y toca precisamente la necesidad de mejorar y ampliar aceras, mejorar la señalización en lugar de seguir poniendo rompe muelles, delimitar paradas oficiales para vehículos de transporte público y hacerlas respetar, educando a conductores y peatones, como se hace por ejemplo en el caso de los “pumakatari” en la ciudad de La Paz. ¿Por qué en Sucre tiene que ser tan difícil poner orden, si en otras partes del país los problemas son similares y las autoridades los solucionan?
Es evidente que el proyecto municipal tiene aspectos muy interesantes, que deben tener ajustes en varios aspectos como los citados en esta nota. Ojala el estudio no se quede en los anaqueles de la Alcaldía como tantos otros, permitiendo que el caos siga reinando como hasta ahora. Es necesario poner orden a la circulación de los vehículos particulares, de servicio público y oficiales que deben respetar las normas sobre uso adecuado de los espacios públicos, sobre todo estos últimos obligados a dar buen ejemplo.