Viernes, 22 de agosto de 2014
 

SIN PELOS EN LA LENGUA

Te propongo

Te propongo

Mónica Olmos Campos.- “Anda más lejos”. “Deja la crítica y propón algo”. “Por qué te quejas siempre”.
A ellos, que seguro representan el sentir de buena parte de mis lectores, les digo que no me corro de proponer; vamos con la propuesta ahora pero les confieso que lo hago con miedo. Sí, miedo porque el sonido de las encuestas perfila un boliviano satisfecho con un Gobierno que nos conduce hace nueve años y que se predispone –en posición escandalosamente cómoda– a gobernarnos por varios períodos más.
¿Mienten las encuestas? Yo les doy todo el crédito a los datos, que entre otras cosas revelan la misma tendencia, porque veo, escucho y siento que gran parte de los bolivianos se siente a gusto con Evo Morales.
Esto es tan así que si analizamos las “propuestas” de los opositores, veremos que todos ofertan lo mismo que el oficialismo, con la diferencia que más y mejor: Más bonos y empleos, más rentas, oportunidades e industrialización; es decir, todo incide en lo material porque aseguran que la “economía de la gente está destrozada”. Paradójicamente, esa misma gente (con la “economía destrozada”) no sólo piensa que lo mejor que ha hecho este Gobierno está en el orden de lo económico, sino que el mejor hombre para liderar la lucha contra el narcotráfico y la corrupción se llama Evo. Conclusión: Los opositores en “carrera”, una vez más se equivocan.
Pero que el oficialismo mantenga los ojos demasiado abiertos y los opositores se crean su propio cuento no me asusta; lo que me aterra es la confianza del ciudadano. Eso es terrorífico porque es ese pueblo el que alimenta el hambre de poder de ambos y terminará por servirles una suculenta comilona de oportunidades para que continúen como privilegiados comensales.
En ese estado del arte del terror, propongo algo extremadamente romántico y exageradamente cursi. Propongo que soñemos.
¿Soñar despiertos? Sí, todo el tiempo, con entusiasmo y convicción. Comencemos a imaginar y cuando hayamos visualizado lo que queremos, pongámonos a trabajar. ¿Acaso puede ser tan malo? ¿No será que es eso lo que nos está faltando, soñar?
¿Soñar, cuando la vida no te consulta ni siquiera te espera? Un absurdo, pérdida de plata y tiempo. ¡Oye!, cuando eras niño acaso no soñaste con ser grande, con casarte con la mujer más bella del mundo, con el hombre más tierno y guapo del universo, con amarlo con locura, con tener hijos, una profesión, un negocio, un autito, un jardín, viajar de vez en cuando, no soñaste con ser médico, escritor, arquitecto. Te aseguro que muchos de esos sueños se han hecho realidad porque ahí has estado tú en el empeño.
Te propongo volver a soñar. Soñemos con ser mejores seres humanos cada día. Con transitar por el camino de la honestidad y la solidaridad. Con caminar regalando un saludo y una sonrisa, más un buen deseo para todos. Con conducir tu auto pendiente del peatón que espera que seas gentil con él. Con creer que no hay nada más importante que la felicidad y que ésta no depende de cuánto tengas sino de tu capacidad para escuchar, sentir y amar. Con darte cuenta que ahora te toca devolver parte de lo poco o mucho que hayas podido obtener. Que puedes hacer todo para mejorar la vida de otras personas. Que de ti depende el bienestar de otros y que de ellos está hecha tu felicidad. Que se vive bien y se duerme mejor cuando te miras en el espejo y reconoces a una persona sensible, honesta y que sabe que los sueños se cumplen cuando se trabaja por ellos.