Sábado, 23 de agosto de 2014
 

EDITORIAL

La ancianidad en la agenda nacional

La ancianidad en la agenda nacional



Bolivia, como todo el mundo, tiende a tener una población mayoritaria de personas ancianas. Es un desafío para el presente más que del futuro

Agosto es en Bolivia un día dedicado a las personas de la tercera edad. Lo es desde que así lo dispusiera en 1948 el Decreto Supremo 1421 del 17 de diciembre de 1948. Con más precisión, es el 26 de agosto el Día de las Personas de la Tercera Edad. Sin embargo, ya hace 66 años, cuando se promulgó esa disposición gubernamental, ya hubo quien consideraba insuficiente dedicar sólo un día a pensar en los ancianos, por lo que se propuso que todo el mes esté dedicado a promover todo tipo de actividades dedicadas a reflexionar sobre la importancia del tema.
Si hace ya más de seis décadas el tema era motivo de preocupación para nuestros gobernantes, lo menos que podemos hacer ahora es seguir su ejemplo e insistir en la urgente necesidad de incorporar en uno de los lugares principales de la agenda pública nacional todo lo relativo a la protección de los derechos de las personas ancianas.
La necesidad de prestar más atención a este tema no es sólo para el caso boliviano sino del mundo entero. En efecto, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, al exhortar a todos los países a prestar más atención al tema, ha recordado que: “Para 2050, en los países desarrollados habrá el doble de personas de edad que de niños, y en los países en desarrollo está previsto que se duplique el número total de personas de edad. Esta tendencia tendrá consecuencias trascendentales tanto para los países como para los individuos.”.
El caso de Bolivia, como lo ha confirmado un reciente estudio del Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU), no es una excepción. Según las tendencias demográficas, se calcula que la población boliviana mayor de 60 años se duplicará durante los próximos diez años. Ese es uno de los grupos etarios que más rápidamente crece y ni el Estado, ni la sociedad ni las familias, ni las personas individualmente están preparadas para hacer frente al enorme reto que eso significa.
Muy consciente de la importancia de ese fenómeno, la Organización de las Naciones Unidas, a través de sus diferentes brazos operativos, exhorta a todos los países para que hagan algo al respecto según sus propias circunstancias. Ha propuesto, por ejemplo, que además del Día Internacional de las Personas de la Tercera Edad, que ha sido fijado el 1 de octubre de todos los años, cada país dedique una jornada al mismo tema pero poniendo énfasis en sus circunstancias particulares.
Los informes de la ONU a través del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Fnuap) ubican a Bolivia como un país que a pesar de sus muchas limitaciones ha logrado mejores resultados que muchos otros países latinoamericanos. El más reciente informe ubica a Bolivia en el puesto 46 de un total de 91 naciones, lo que en gran medida se debe a iniciativas como el Bonosol, ahora denominado “Bono Dignidad”, que sentaron las bases de una política de Estado que hoy es motivo de reconocimiento internacional.
Sin embargo, y a pesar de lo importantes que son los pasos dados, es todavía mucho lo que queda por hacer. Y, como lo hacen notar las organizaciones especializadas en el tema, no se trata sólo de políticas de Estado sino, y muy principalmente, de la actitud de toda la sociedad.