Viernes, 29 de agosto de 2014
 

DESDE LA TIERRA

Héroes colombianos

Héroes colombianos

Lupe Cajías.- Colombia ocupa, ni duda cabe, el territorio más intenso del continente, donde nada tiene mesura y aquello se expresa, por ejemplo, en su herencia violenta cotidiana y a la vez en la producción infinita de conocimiento y artes, que la colocan siempre en los puestos de vanguardia.
En la última década, el país se debatió en una crisis profunda por la captura del estado por parte de los grupos ilegales, desde narcotraficantes hasta paramilitares y asuntos que parecen irreales de tan dolorosos como los “falsos positivos” y los millones de campesinos desplazados.
Frente a ello, los colombianos tienen la gran ventaja de un aparato administrativo altamente institucionalizado, el funcionamiento independiente de los poderes del estado y una tradición y respeto por los mandatos constitucionales, que han permitido salvar a la nación del debacle. Obviamente, frente a la Venezuela que se cae a pedazos, Colombia muestra sus reservas para seguir adelante.
Desde hace unos lustros, la sociedad civil con apoyo de autoridades locales ha iniciado una larga caminata para transformar las ciudades descompuestas –como fue la Medellín de los años 80– en espacios amables, floridos y de educación ciudadana. Tanto esa capital antioqueña como Bogotá, Cali, Cartagena están repletas de ofertas para promover el respeto y el bien común.
Junto a ello, el gobierno y múltiples asociaciones deportivas han trazado una política estatal para fomentar esa práctica como una de las medidas de mayor alcance para contar en el futuro con una población sana y tranquila. Es interesante comprobar cómo detrás de cada triunfo colombiano en las Olimpiadas o en los Panamericanos hay un conglomerado de voluntades unidas, incluyendo a los medios de comunicación estatales, nacionales y de las corporaciones mundiales.
El comportamiento del equipo cafetalero en el último Mundial de Fútbol es otra gran victoria. Fue duro superar la infiltración de los coca dólares en las federaciones y equipos, hasta combinar el negocio con la diversión y, sobre todo, la creación de héroes colombianos, además de la lucha contra la discriminación y el racismo.
Hoy los niños colombianos cambiaron a los superhéroes gringos por imágenes y figuras que representan a James Rodríguez o a otros miembros de su selección. La práctica deportiva se ha multiplicado hasta los pueblos alejados, ¡sin pasto sintético!
Ojalá la ilusión dure mucho y los gobernantes bolivianos aprendan qué bueno es “colombianizar” al país.