Sábado, 30 de agosto de 2014
 

OJO DE VIDRIO

Hegel y el bombardeo a Gaza

Hegel y el bombardeo a Gaza

Ramón Rocha Monroy.- Hegel fue la cumbre del pensamiento de Occidente y entre los filósofos a los cuales influyó se hallan el propio Marx, un hegeliano de izquierda, Nietzsche, Heidegger y los más conocidos y contemporáneos de la Escuela de Frankfurt. De modo que no estamos hablando de un desconocido.
Entre las citas que hace un estudioso argentino sobre Hegel, tenemos las siguientes, que son el trasunto de su soberbia occidental y de su menosprecio por dos partes del mundo que se negaba a reconocer: África y América (Latina). Sobre estos inmensos continentes decía que eran "inmaduros": "La inmadurez es general y física; incluso los vegetales y animales son más primitivos, brutales, monstruosos; o simplemente más débiles. Degenerados, un signo de América". "América no ha terminado su formación" y, por tanto, "América y África quedan fuera de la historia mundial".
El Mediterráneo era el mar entre las "tres" partes del mundo; y, por tanto, es "el centro de la historia universal".
Para Hegel, "la Modernidad llega a su culminación con Inglaterra". Por tanto, los ingleses son "los misioneros de la civilización en todo el mundo".
Con el grado de desarrollo del Espíritu mundial (es decir, el Espíritu germánico, no de la totalidad europea) "el espíritu de otros pueblos no tiene derecho alguno". El Norte de Europa, es decir, Alemania e Inglaterra, tienen un "Derecho absoluto" por ser portadores del Espíritu en "este momento de su Desarrollo".
En esta temprana distinción entre Centro y Periferia, "la Periferia de Europa sirve de 'espacio libre' para que los pobres, fruto del capitalismo, puedan devenir propietarios capitalistas en las colonias".
El optimismo eurocéntrico de Europa en el siglo XIX y principios del XX fue arrollador. Se sentían dueños del mundo, de la civilización, de la religión y de la verdad. No obstante, en 1914 estalló la primera guerra cruenta, porque millones de combatientes no solo murieron y quedaron mutilados, no sólo fueron envenenados con gases sino que se llenaron de piojos en las trincheras; y cuando todo parecía volver a renacer, no pasaron 20 años de ascenso del nazifascismo y vino el estallido de la segunda guerra mundial, con millones y millones de muertos, millones de mujeres violadas, de hijos naturales alemanes y rusos y de atrocidades cometidas con las poblaciones civiles, entre ellas el Holocausto de los judíos, los gitanos y otros pueblos no occidentales. Tal fue la decepción de los propios pensadores europeos que sobrevino el absurdo en literatura, el existencialismo en filosofía y en general la incertidumbre acerca del progreso. ¿Cómo el pueblo más "civilizado" del mundo, el pueblo europeo, pudo llegar a tal grado de enfermedad que cometió las peores atrocidades? Hitler fue condenado, como muchos nazis, por haberse volcado contra los europeos, pero hay que conocer las atrocidades que cometió Inglaterra en Asia y África para ver hasta dónde puede llegar la "irracionalidad" del pueblo más civilizado del mundo.
Pues bien. Estos principios son esgrimidos por el heredero de esa civilización, los Estados Unidos, creador de la OTAN y reconstructor de Europa, para apoyar el bombardeo de Israel a Gaza y al pueblo palestino. ¿Cómo no van a pensar así si en sus orígenes está Hegel y el desdén que sentía por África y América Latina, centros del mundo colonial?