Diego Costa (i) fue la figura del Chelsea, al marcar dos de los seis goles del triunfo londinense.
INGLATERRA El Chelsea de Mourinho se suelta en ataque, golea al Everton y es el nuevo líder de la Liga Premier
Nuevo líder
Nuevo líder
Londres / EFE
El Chelsea del portugués José Mourinho se mostró ayer ambicioso y letal en el complicado escenario del Goodison Park, donde el Everton del español Roberto Martínez, que puso en aprietos a la defensa “blue”, acabó goleado ante el nuevo líder de la Liga inglesa (3-6).
El hispano-brasileño Diego Costa, el más inspirado del Chelsea, abrió el duelo con un gol a los 40 segundos y otro con el minuto 90 cumplido, mientras que el español Cesc Fàbregas volvió a ser una pieza clave en el centro del campo del conjunto londinense, que abandonó el dibujo conservador de la pasada campaña y se mostró más afilado.
El equipo ofreció espectáculo, pero cometió errores en defensa y recibió tres goles, demasiados para un técnico que la temporada pasada trabajó hasta la extenuación su defensa y logró cerrar la campaña como el equipo menos goleado de la Premier, con tan sólo 27 tantos en contra.
El Chelsea suma 11 goles en tres partidos, una estadística que le asegura el primer puesto de la tabla por delante del Swansea, también con nueve puntos, que aprovechó su victoria por 3-0 ante el West Bromwich y el pinchazo del Manchester City para mantenerse en el segundo puesto.
Los del chileno Manuel Pellegrini mantuvieron un dominio abrumador en casa sobre el Stoke, pero no supieron sentenciar el partido y los visitantes les negaron la victoria con un latigazo del senegalés Mame Biram (1-0).
Tampoco tuvo su tarde el holandés Louis Van Gaal, que no ganó ninguno de los cuatro partidos oficiales en los que dirigió al Manchester United y ayer volvió a ver como su equipo se hundió en el campo.
Esta vez fue ante el modesto Burnley, un recién ascendido que se llevó su primer punto en la Premier a costa de los “diablos rojos”, que se quedaron atascados en el 0-0.
El centrocampista argentino Ángel Di María, el fichaje más caro del fútbol inglés después de que el United pagara esta semana 75 millones de euros por él al Real Madrid, debutó en el centro del campo y contribuyó al juego del equipo, pero no pudo evitar el nuevo tropiezo.
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