DESDE LA TIERRA

¿La Paz loteada?

Lupe Cajías.- El próximo 12 de octubre se elegirán diputados uninominales, el núcleo más disputado de las elecciones generales. La incorporación de esa calidad de representación fue el resultado de un largo proceso para ampliar y profundizar la democracia boliviana; en ese entonces, los partidos políticos fueron capaces de renunciar a antiguos privilegios para favorecer esta variable que acerca al congresista con su representación territorial.

En el caso de la ciudad de La Paz, la (s)elección de quienes ocuparán los cuatro curules de las circunscripciones 6, 7, 8 y 9, despierta honda preocupación por los años de atropellos que sufrió la principal ciudad del país.
Sobre todo desde las elecciones municipales de 2010, el poder central alentó a grupos de choque y del nuevo poder terrateniente a amenazar el alcance territorial, jurídico y político de la sede de gobierno. A veces, desde el corazón de la metrópoli se atentó contra las áreas verdes, como sucede con el loteamiento de los parques en Mallasa –gozo para paceños, alteños y provincianos–, actualmente cercenados por transportistas/terratenientes/falsos comunarios, sin la intervención de la fuerza pública para hacer cumplir la ley.
También hay la amenaza creciente de autoridades y turbas masistas que desde Palca intentan apoderarse de zonas emblemáticas paceñas, incluyendo Amor de Dios hasta San Miguel y, por el otro lado, Pongo, restándole la calidad tropical de municipio diverso que caracteriza a La Paz.
La ciudad corre el peligro de que desde la Asamblea Legislativa Plurinacional, diputados uninominales presenten leyes contra la metropolitización y contra el alcance territorial para favorecer a los grupos emergentes de poder, desde mineros cooperativistas a neo terratenientes y chuteros.
Por ello, durante la próxima semana se realizará en la sede de la Asociación de Periodistas de La Paz un foro debate con todos los candidatos uninominales para que se comprometan a defender la institucionalidad paceña. La reunión cuenta con el respaldo de la Universidad Mayor de San Andrés, juntas vecinales y organizaciones cívicas, además de la ciudadanía en general, quienes quieren saber qué harán sus representantes territoriales por su ciudad.