DESDE LA TIERRA
Venezuela, del derroche a la hambruna
Venezuela, del derroche a la hambruna
Lupe Cajías.- Hace un lustro, el modelo venezolano del Socialismo del Siglo XXI y, sobre todo, la figura del Comandante Hugo Chávez marcaban el desarrollo de las elecciones en la mayoría de las naciones latinoamericanas. En el caso boliviano, en 2005, el electo presidente Evo Morales agradeció públicamente el apoyo de Caracas, donde aterrizó en primerísima etapa antes de su periplo mundial.
El apoyo ideológico, político y seguramente económico del chavismo también se sintió en los comicios nicaragüenses o en el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa. En cambio, el Frente Amplio uruguayo, tanto con Vázquez como con Mujica, Ollanta Humala en Perú y otros líderes prefirieron marcar distancias. El factor “Chávez” era difícil de controlar y un beneficio aparente podía convertirse en un hándicap.
El gobierno venezolano respaldó con préstamos y donaciones a muchos países en América Latina y en el Caribe latino y anglosajón y más allá del continente. No fue el primer caso; ya durante el gobierno del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, desde el Palacio de Miraflores, se entregó petrodólares a guerrilleros centroamericanos y a partidos sudamericanos que resistían a las dictaduras.
En el día a día, un visitante quedaba impresionado por el derroche en todos los espacios. Por ejemplo, en cualquier cafetería ofrecían agua mineral francesa y delicatessen de diferentes partes del globo. Los trabajadores de la estatal PDVSA ganaban en dinero y en especie con datos estrambóticos desde 250 huevos o diez cajas de toallas higiénicas femeninas mensuales.
El derroche, lo dijo ya José Mujica en el G77, es el peor enemigo del desarrollo y del cambio de mentalidad para construir un hombre nuevo, una mejor humanidad. Todo dinero se acaba o se vuelve inútil si no hay productos para comprar, si escasea el pan de batalla, la carne, el bus, el pasaje de avión, los embutidos, los perfumes, la ropa.
Cada amanecer, los habitantes de las ciudades más grandes enfrentan la escasez alimentaria incluyendo la tradicional arepa y la falta de productos sensibles como el papel higiénico.
El chavismo logró acorralar a la oposición política, silenciar a los medios, incluso centenarios, y tiene un formidable equipo de prensa y propaganda. Hasta ahora, el gobierno presidido por Nicolás Maduro culpa a agentes externos de todo el estropicio, mientras organismos como UNASUR y la propia OEA se limitan a observar. Parecería que esa será la tónica por meses, o años, hasta que el estropicio sea irreversible.
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