Tesoro descuidado
Tesoro descuidado
Gastón Solares Ávila.- Sucre vive de la actividad de la Universidad de San Francisco Xavier y de la Fábrica de Cemento. Las otras empresas productivas y de servicio aportan muy poco al producto interno bruto regional. El turismo pudiera ser la fuente de recursos inagotables, pero las estadísticas y los informes demuestran que durante los últimos cinco años no ha habido incremento en el flujo turístico a nuestra ciudad.
La palabra turismo se identifica con los viajes de placer. Por tanto, hay que crear las condiciones para atraer a la gente que decide invertir su dinero en visitar lugares que le proporcionen placer. El mundo está lleno de iniciativas y de ejemplos, como el de Las Vegas en Estados Unidos, lugar en el que en pleno desierto se construyeron atracciones que generan tal cantidad de dinero, que su efecto multiplicador ha cambiado el modo de vida de los habitantes de una gran área. Hay otros ejemplos en la geografía de los distintos continentes, que tienen que ver con otro tipo de placer que aprecian los aficionados a la historia y a las tradiciones, como Salzburgo en Europa o Cartagena de Indias en América.
Sucre pertenece a este segundo grupo en el que, obviamente, hay miles de lugares que viven del turismo porque han sabido aprovechar su riqueza. Nosotros tenemos un tesoro descuidado, casi abandonado. Cuando nuestra ciudad se vistió de blanco y se iluminaron sus bellos edificios para el Sesquicentenario de la República, en el ya lejano año 1975, todos creímos que se continuaría lo que hizo el alcalde de la época, el Cnl. Salvador Sánchez Vargas.
Lamentablemente, nada de eso ocurrió y se inició una etapa de crecimiento desordenado, sin control, sin autoridad, con excepción de esfuerzos aislados, como el de los jardines y algún otro, pero se abandonó la iluminación de monumentos, la conservación de templos, el mantenimiento de aceras y calzadas, el aseo de las calles y todo lo que requiere una ciudad para ser agradable a los visitantes.
Esfuerzos privados construyeron, adecuaron y restauraron hoteles y hostales, abrieron lugares de sano esparcimiento y muchos extranjeros que se dieron cuenta de nuestra riqueza se quedaron en Sucre, sobre todo en la actividad gastronómica, pero todo lo positivo no es de ninguna manera suficiente para atraer turistas. Los informes de Abavyt son alarmantes.
Por tanto, tiene que haber reacción y los candidatos que postulan a cargos regionales y nacionales, deberían estar conscientes de la necesidad de concentrar su campaña y sus esfuerzos en la vertebración caminera y en el turismo, para revertir la actual situación que precisa de la participación del gobierno central. El Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo habría manifestado su admiración por nuestra ciudad y su predisposición para financiar la restauración del centro histórico, pero eso requiere gestión, en la que pueden contribuir definitivamente los candidatos de hoy y asambleístas mañana y recuperar el tesoro descuidado, ese tesoro que no se lo pueden llevar, esa historia que no se la debe cambiar.
La riqueza inagotable que es el turismo se convierte en el tesoro que debemos aprender a explotar, porque se vende imagen, sin entregar nada. Sin embargo, debemos tener muy en cuenta que a los que viajan por placer, tenemos que proporcionarles placer, haciendo que nuestra ciudad recupere la blancura de sus casas, la limpieza de sus calles y la iluminación de sus monumentos, creando, al mismo tiempo, las condiciones para proporcionar buenos servicios. Cuidemos pues nuestro tesoro y empecemos a explotarlo, dándonos cuenta de que ahí está el futuro de nuestra ciudad.
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