Jueves, 25 de septiembre de 2014
 

LA NOTICIA DE PERFIL

Indígenas del mundo con Evo

Indígenas del mundo con Evo

Paulovich / Los burócratas de las Naciones Unidas (que hay muchísimos) se dedican a organizar reuniones mundiales que cuestan un dineral y sirven para disimular la ineficacia, pues desde que fue creado ese gigantesco edificio, la humanidad no ha dejado un solo día de vivir sin guerras entre sus países miembros.
Entre esas asambleas mundiales está precisamente la que acaba de realizar en su colosal edificación de Nueva York una muy llamativa, bajo el título de Congreso Mundial de Pueblos Indígenas, donde uno de los asistentes más notables es nuestro presidente Evo Morales, quien lleva un apellido español y no habla ningún idioma autóctono, lo cual debió sorprender a los indígenas de África, Asia, América del Norte y del Sur, Europa y Oceanía.
Esas reflexiones en voz alta parece que aburrieron un poco a mi comadrita Macacha, quien cortando mis disquisiciones me dijo con la franqueza que la caracteriza: “Todo lo que usted me estaba diciendo me lo ha enseñado mejor nuestro amigo yatiri Kalimán, quien acaba de llegar de Nueva York luego de asistir a ese Congreso Mundial de Pueblos Indígenas y ahora está preparando un informe para el Canciller de los yatiris, el famoso David Choquehuanca, más conocido entre sus íntimos como ‘Choky’”.
Entonces, una vez más quedé a la zaga en materia periodística al tratar de medirme con la cholita cochabambina, quien ya tenía una copia del informe preparado por nuestro amigo Kalimán donde está todo lo que se dijo y lo que no se dijo en la publicitada reunión preparada por la burocracia cobijada en las Naciones Unidas. Al percatarse la inteligente cholita de que yo estaba “bajoneado”, me dijo: “Le cuento que el informe de nuestro amigo yatiri Kalimán contiene la relación de un incidente producido en el aeropuerto donde aterrizó el lujoso avión presidencial de Evo y que fue protagonizado por el embajador de Bolivia ante las Naciones Unidas, el señor Sacha Llorenti, y una autoridad norteamericana encargada de revisar los equipajes de nuestra nutrida delegación boliviana, a lo que trató de oponerse el Embajador mencionado, obligando a la autoridad aeroportuaria a recordar al diplomático que él era una autoridad norteamericana y que cumpliría sus obligaciones como tal, contestando Llorenti: “Perdón, creí estar en Chaparina”.
Esa anécdota ya figura en el reportaje de mi socia periodística reemplazando un informe que debería presentar el presidente Evo, pues él jamás informó al Poder Legislativo de sus centenares de misiones realizadas en el exterior, como debería hacerlo, pues se hizo siempre el “waisman”.
Menos mal que la cholita cochabambina fue informada de todo lo que sucedió gracias a un yatiri llamado Kalimán, quien le dijo a mi comadre: “Yo le cuento todo lo que vi en Nueva York porque yo no soy baúl de nadie para callar cosas…”