FERIA. Arí consiguió despertar el interés de las nuevas generaciones por la lectura y los libros.
NIÑOS Y JÓVENES FUERON LOS PROTAGONISTAS DE LA ACTIVIDAD
Festival "Arí" termina con más luces que sombras
Festival "Arí" termina con más luces que sombras
Desde la organización se reconoció entre las fallas de difusión y la falta de público en algunas actividades con los escritores bolivianos
Juan Pedro Debreczeni
Con más luces que sombras concluyó la primera versión de la fiesta de las letras, Arí. Entre los aspectos destacables del evento está el acercamiento que propició entre la literatura boliviana y los niños de Sucre; mientras que para el futuro se debe mejorar la difusión de sus actividades.
Durante seis jornadas, el cuartel de San Francisco se vistió de libros y recibió a narradores y poetas de diversos lugares del país. Talleres, conversatorios, cuentacuentos, presentaciones de libros y venta de literatura en general caracterizaron la semana que termina.
Arí fue organizado por la Gobernación de Chuquisaca a través de la Secretaría de Culturas y Turismo, y con el apoyo del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB), las universidades Andina y San Francisco Xavier, la Editorial S y el Consejo Departamental de Culturas.
Lo positivo
Uno de los aspectos más destacables de “Arí” fue que se constituyó en un espacio privilegiado para niños y adolescentes, quienes tuvieron la oportunidad de aproximarse a la literatura y la oralidad de una manera lúdica y renovada. Así, en el marco de un proyecto nacional, el colectivo Bolivia Lee, conformado por varios escritores bolivianos entre ellos Adriana Lanza, Ema Villazón, Marcos Sainz, Oscar Puki, Alejandra Barberí y Claudia Vaca, entre otros, contagiaron su amor por las letras a niños, jóvenes y sus propios maestros.
“En la ludoteca de palabras, que es un circuito poético donde van pasando por diferentes juegos, los chicos pudieron leer a diferentes autores bolivianos y así se familiarizaron con el léxico y vocabulario de cada uno de los autores, de manera que cuando fueron al libro, no sintieron frustración ni aburrimiento y además crearon textos a partir de las palabras de estos autores”, destacó Vaca.
Asimismo, se organizaron actividades de recuperación de la tradición oral a través de cuentacuentos en quechua con personajes que compartieron sus historias con niños y adolescentes.
“Creo que hemos podido romper esa abulia de los niños y jóvenes hacia los libros y la literatura, más que una feria tradicional Arí nos ha dado la posibilidad de apreciar el estado del arte de la literatura contemporánea nacional e incluso respecto a intelectuales sobre los conceptos de interculturalidad y descolonización”, destacó el secretario departamental de Culturas y Turismo, Juan José Pacheco.
Lo negativo
La dimensión de Arí es por demás destacable; durante seis días Sucre recibió una pléyade de los escritores bolivianos contemporáneos más reconocidos, sin embargo la respuesta del público no estuvo a la misma altura. Los conversatorios no contaron con la presencia de mucha gente y en algunos casos presentaciones de libros y otras actividades vinculadas sobre todo con escritores tuvieron que diferir sus horarios justamente por la escasa asistencia de público.
A decir de Pacheco, ello tuvo que ver con ciertas carencias respecto a la difusión del festival y sobre todo a la necesidad de formar al público y generar interés por estas actividades.
“Tenemos que formar públicos, correr los velos que todavía oscurecen ciertas cosas alrededor de la literatura, pero además debemos hacer más difusión que ha sido escasa, aun cuando hemos tenido marcos interesantes de gente en el evento, hubiéramos querido que la participación fuera masiva, pero es algo que se irá subsanando con el tiempo”, manifestó Pacheco.
La feria del libro
Amplia fue la oferta bibliográfica que se presentó en Arí, destacando la producción nacional tanto en literatura como ciencias sociales. En cuanto a las ventas, los criterios son divididos, en algunos stands como el del Ministerio de Culturas o Librería Rayuela, hubo conformidad con la demanda que demostró el público; mientras que para otros puestos como la Cámara del Libro de Santa Cruz, o los puestos de las editoriales Nuevo Milenio, Gente Común y El Cuervo, la venta fue regular.
Con todo, en los dos últimos días de la feria se constató un incremento en la afluencia de público e instituciones, estas últimas que compraron grandes volúmenes de libros.
Planes de futuro
Para la organización de “Arí”, la Gobernación de Chuquisaca invirtió poco más de Bs 300 mil. Para el futuro, según Pacheco la idea es trabajar una ley departamental que institucionalice la actividad y que además genere una política integral de fomento al libro y la lectura.
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