Domingo, 28 de septiembre de 2014
 

EDITORIAL

Se preserva el tema marítimo

Se preserva el tema marítimo



El país ha pasado por una prueba exitosa en el tema del mar. No está demás insistir en que el asunto se mantenga alejado de la contienda electoral

Si bien siempre está latente el peligro de caer en la tentación de incluir en la agenda del debate electoral el tema marítimo, hasta ahora ha predominado el buen sentido, y las cinco candidaturas que disputan el apoyo ciudadano le han dado un tratamiento adecuado.
Probablemente la circunstancia más potencialmente peligrosa se ha presentado en la inauguración de la Asamblea General de Naciones Unidas, en la que los sucesivos mandatarios del país siempre han presentado una posición respecto a la demanda marítima.
Esta vez el Presidente del Estado dio un giro novedoso: por un lado, ratificó la vocación pacifista del país y su indeclinable decisión de alcanzar un acuerdo que nos permita recuperar una salida soberana al Pacífico, con la que nacimos como república, por medio del diálogo y la negociación. Actitud que se demuestra, una vez más, en la decisión de recurrir a La Haya buscando precisamente abrir un escenario adecuado para ese propósito. Por otro lado, el Presidente ha solicitado a la comunidad internacional acompañar ese proceso.
Como ha sucedido con el contenido de la demanda interpuesta ante la Comisión Internacional de Justicia (CIJ), esta posición expresada en Naciones Unidas ha descolocado a la diplomacia chilena, como ya lo hizo el contenido de la demanda misma. El desatino es tal que incluso internamente sus representantes han sido criticados y muestra que aún no pueden estructurar una respuesta condigna que les permita tener eco interna e internacionalmente.
En este sentido, también ha sido oportuna la reafirmación de la posición boliviana por parte del ex presidente Carlos Mesa, porque además de ratificar la invitación a que la comunidad internacional acompañe el proceso en La Haya, ha demostrado que en este tema no hay fisura interna en Bolivia y, sobre todo, que no ha sido contaminado por la dura campaña electoral en curso, contaminación que la tradicional diplomacia chilena siempre hizo resaltar (en muchas oportunidades con razones justificadas por errores cometidos dentro del país).
Sin embargo, hay que estar conscientes de que el hecho de que Chile aún no calibre adecuadamente la demanda boliviana no significa que el resultado del juicio sea necesariamente favorable al país. Se trata de un proceso largo, con muchos obstáculos que el país deberá superar con esfuerzo, rigor jurídico y perseverancia.
En definitiva, el país ha pasado por una prueba exitosa en el tema del mar. Sin embargo, no está demás insistir en que los candidatos en estas elecciones deben cuidarse mucho de utilizar este tema como arma electoral, más aún si a medida que se acerca el 12 de octubre los ánimos se exacerban y pueden imponerse a la racionalidad.
Por ello, hay que evitar ofuscarse. Más aún si quien salga triunfador en las elecciones, más allá de sus particulares posturas, estará obligado a mantener la política adoptada por el gobierno del MAS –que ha recibido un generalizado apoyo, pese a la existencia de legítimas diferencias– hasta que culmine el proceso en La Haya.