Los edificios terminales y la doble vía
Los edificios terminales y la doble vía
Gastón Solares Ávila.- Continúan los trabajos en el aeropuerto de Alcantarí, cuya culminación se dice que será el próximo año. Sin embargo, aun siendo optimistas, seguramente las operaciones regulares no serán antes del año 2016.
En el mismo lapso, se concluirá, además de la pista, el edificio de la nueva Terminal Aeroportuaria que ojala esté al nivel de la Capital de Bolivia y que tenga el estilo adecuado para dar al pasajero, y especialmente al visitante, una imagen real de lo que es Sucre.
Cerrar un aeropuerto y abrir otro no es cosa simple, por lo que se espera que se tomen medidas adecuadas que tendrán que ver con el funcionamiento simultáneo de ambos, por lo menos durante un tiempo. Si bien es cierto que el tráfico aéreo en nuestra ciudad no justifica tener dos aeropuertos, también es cierto que mientras no estén plenamente comprobadas las virtudes del nuevo y garantizado el flujo de y hacia Alcantarí, será necesario continuar operando el ubicado en Tucsupaya.
El incremento de vehículos continúa y el tráfico está cada vez más saturado, por lo que la doble vía se justifica en la mayoría de las carreteras bolivianas. En el caso de los 29 kilómetros hasta Alcantarí, esto será vital porque si se mantienen las condiciones actuales, la solución será peor que la enfermedad puesto que el tiempo que demande en recorrer esa distancia, será con seguridad de más de una hora.
Por otra parte, aún no se ha definido la localización de la nueva Terminal de Buses y por lo menos hasta ahora, todo hace suponer que finalmente se impondrá el área de la misma zona, lo que agravará el problema. Es una lástima y una vergüenza que las soluciones no se las pueda encontrar en un cambio de ideas en el que se impongan las razones de interés colectivo, en lugar de los intereses sectoriales y políticos.
En esta columna, varias veces se ha insistido en la necesidad de considerar la construcción de más de una Terminal, aprovechando las diferentes salidas por el norte, sur, este y oeste, idea que tiene la virtud de distribuir el tráfico disminuyendo la saturación, desconcentrando la actividad económica y beneficiando a diferentes sectores de la ciudad, con la ventaja adicional de requerir menos espacio en cada caso ya que es bien sabido que en Sucre no es fácil encontrar las grandes superficies que estas obras requieren, sobre todo si se las proyecta con posibilidades de ampliación.
Aunque las construcciones sean alejadas del centro histórico, es absolutamente importante mantener nuestra imagen como Cuna de la Libertad Hispanoamericana, pues ese es el hecho que nos identifica en todo el continente, lo que es coincidente con las políticas del gobierno departamental para impulsar el turismo en la ciudad y en la región.
Precisamente por esa razón y por las muchas otras que tienen que ver con nuestra historia y tradiciones, es de esperar que los estilos de las diferentes terminales se ajusten a estos principios reparando el error de los cometidos, por ejemplo, en la remodelación de la Terminal “Juana Azurduy de Padilla”, en la que no se ha acertado ni en los colores, ni en el estilo y mucho menos en la funcionalidad.
El turista que llegue a la ciudad, que sepa de entrada que visita una de las ciudades más antiguas que fue sede del Virreinato de La Plata, de la Audiencia de Charcas y sede también de una de las universidades más antiguas de América en la que se divulgaron los principios de libertad y que en Sucre, cuando aún se llamaba Chuquisaca, nació Bolivia a la vida independiente y soberana.
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