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Las reservas de petróleo y gas
Las reservas de petróleo y gas
José Guillermo Torrez G. O..- Las diferencias en la estimación de las reservas de petróleo, gas y productos asociados han sido y son un tema controversial en la industria petrolera. Con el transcurso de los años la definición de reservas ha representado diferentes significados dentro de la misma industria a tal punto que las compañías de petróleo, las instituciones financieras, los gobiernos y otras instituciones han utilizado su propia versión.
Los volúmenes de las reservas de hidrocarburos no son datos fijos sino que tienen un carácter dinámico debido a un ajuste continuo a medida que se tiene la información técnica de sísmica (reinterpretaciones), geología (correlaciones), ingeniería de reservorios (ajuste de parámetros de cálculo), petrofísica, Ingeniería de producción y otros. La exactitud de las reservas depende de la calidad y la cantidad de los datos disponibles, los valores más cercanos a la realidad, se obtienen a medida que se realiza un control minucioso y permanente de los parámetros de comportamiento durante la vida productiva y económica de los reservorios.
YPFB, encargada de realizar éste inventario de reservas, después de tanto tiempo ha retomado la contratación de la empresa certificadora Ryder Scott Company para conocer ésta tarea como lo hizo siempre con De Golyer & Mac Naughton.
Los elementos que hacen bajar básicamente las reservas de hidrocarburos son: En primer término es normal que después de una década de producción, las reservas de gas, condensado, petróleo y productos asociados en Bolivia hayan tenido un descenso. Se produce cada año alrededor de 0.55 TCF’s de gas natural. En un futuro cercano (2016) se estima que el país producirá 1.0 TCF por año. Entonces la misión de YPFB como principal socio de las corporaciones tiene que ser como mínimo reemplazar éste trillón, al menos como objetivo básico, si no queremos quedar desabastecidos a corto plazo.
Desde otro punto de vista, no se cuentan con inversiones significativas desde el 2002, no solo para reponer las reservas afectadas por la producción, sino para incrementarlas en grandes volúmenes, más aún, si se está pensando en la industrialización del gas. No existen incentivos para la inversión extranjera y la seguridad jurídica en nuestro país. Al no haber inversión en actividad exploratoria no habrá nuevas reservas de hidrocarburos. Mientras no se tenga una administración profesional en YPFB y el Gobierno Nacional, seguiremos empantanados en materia de reservas.
Desde el 2007 y a escala mundial, los entes reguladores y certificadores como la SEC (Securities Exchange Comission) y otros, han cambiado los mecanismos de medición con mejores instrumentos y métodos tecnológicos más eficaces y confiables. Hoy se conoce mucho mejor el comportamiento de los reservorios productivos y por lo tanto existe una evaluación más precisa.
Otro aspecto subjetivo que puede hacer disminuir o aumentar las reservas es el criterio pesimista, optimista o conservador del evaluador que con la misma información, los mismos datos, etc. podría orientar sus resultados de certificación hacia políticas preestablecidas. Este es el caso más peligroso porque es difícil controlar subjetividades del analista. Para ello, la fiscalización a los entes reguladores y certificadores deberá contar con un equipo de expertos en fiscalización que orienten el trabajo de certificación estrictamente solo a aspectos técnicos.
En el territorio nacional no se ha llegado al 20% de exploración de hidrocarburos lo que implica que existe un enorme potencial para el desarrollo de éste recurso, máxime si se tiene favorables condiciones geológicas que podrían asegurar la presencia de hidrocarburos en nuevos reservorios.
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