ESCENARIO GLOBAL
Social desarrollismo o liberalismo
Social desarrollismo o liberalismo
Alberto Zelada Castedo.- Al día siguiente de la primera vuelta de las elecciones generales en Brasil, los dos candidatos favorecidos con el mayor número de votos, Dilma Rousseff y Aécio Neves, iniciaron una nueva contienda en busca de los votos del 21 por ciento de los ciudadanos que se inclinaron por Marina Silva. Esta nueva pugna parece estar dirigida, también, a conseguir el apoyo de quienes se abstuvieron, votaron en blanco o anularon su voto. La abstención llegó al 19.40 por ciento, los votos en blanco a 3.8 por ciento y los votos nulos a 5.7 por ciento. La suma de este segmento alcanzó casi el 30 por ciento de los ciudadanos con derecho al voto.
En la madrugada del pasado lunes, luego de realizar el recuento de la totalidad de los sufragios, el Tribunal Superior Electoral dio a conocer los siguientes resultados: Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores (PT) 41.59 por ciento de los votos válidos, Aécio Neves del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) 33.55 por ciento y Marina Silva del Partido Socialista Brasileño (PSB) 21.32 por ciento. Estos resultados confirmaron la tendencia revelada por las últimas encuestas de pocos días antes de la jornada electoral.
De cualquier manera, causó sorpresa el insospechado porcentaje de votos a favor de Aécio Neves que, poco antes, figuraba en el tercer lugar en las intenciones de voto. Entre los varios medios que comentan estas elecciones, el diario El País de Madrid sintetiza la impresión de los observadores y quién sabe si también de los actores directos, en los siguientes términos: “La gran sorpresa de la primera vuelta de las presidenciales brasileñas es la presencia de Aécio Neves como rival de Dilma Rousseff, a ocho puntos de distancia, en la ronda definitiva del 26 de octubre”.
Una de las consecuencias más importantes de esta primera vuelta es la de reencauzar la disputa electoral con el rol protagónico de los dos más importantes partidos políticos: el PT y el PSDB que representan intereses de diferentes sectores sociales y que promueven diferentes proyectos de sistemas políticos y, sobre todo, de políticas económicas. Para Marcus Ianoni, cientista político y profesor de la Universidad Federal Fluminense, desde 1930, se da una recurrente contienda en el plano de las “ideas y de las prácticas económicas” entre dos grandes proyectos: el social-desarrollista y el liberal.
La primera vuelta de las elecciones ha tornado evidente, una vez más, esta disputa. Por ello, es presumible que el proceso hacia la segunda vuelta se caracterice por una polarización entre los dos proyectos, el social-desarrollismo sustentado por el PT y el liberal sustentado por el PSDB. Según Ianoni, es una disputa entre “dos modelos de capitalismo” y no “entre capitalismo y socialismo”. Para una minoría de extrema izquierda, ambos proyectos son la misma cosa. Sin embargo, ésta no es la visión que predomina en la mayoría de los ciudadanos que, en todo caso, percibe diferencias nada desdeñables entre uno y otro y expresa esta percepción en la dirección de su voto.
La irrupción del PSB y, sobre todo, de Marina Silva como candidata después del fallecimiento de Eduardo Campos, dio lugar a pensar que esta tradicional polarización estaba a punto de ser superada. Sin embargo, los resultados del domingo último muestran que la misma seguirá marcando la política en el Brasil.
Otra consecuencia del proceso electoral es la afirmación del convencimiento en los principales candidatos presidenciales de que la ciudadanía pide cambios o reclama que, al menos, las cosas no sigan como están. En su primera declaración a la prensa después de ser conocidos los resultados de la primera vuelta, Dilma Rousseff dijo que el mensaje de las urnas fue por el cambio que ella cree representar y que, por tanto, hará todos los cambios que “sean necesarios”. Por su parte, Aécio Neves subrayó que su agrupación estaba en condiciones de “transformar los sueños en realidades” y que su candidatura no era de un partido sino de “todos los brasileños que tienen la capacidad de soñar”.
Habida cuenta de las sorpresas que se han dado en estas elecciones, se hace difícil conjeturar su resultado final. La primera sorpresa fue el vertiginoso ascenso en las intenciones de voto de Marina Silva. La segunda el ascenso de Aécio Neves al segundo lugar de las preferencias de los votantes con un elevado porcentaje de votos. Lo imprevisto de estos resultados hace difícil aventurar pronósticos. A lo sumo es posible esbozar algunas de las condiciones que un aspirante a ganador de los dos que llegaron a la segunda vuelta tendría que cumplir: por una parte, convencer al electorado de que representan efectivamente las aspiraciones de cambio, tanto en lo político como en lo económico y, por otra, sobre la base de lo anterior, inclinar a su favor a los ciudadanos que votaron por Marina Silva y a los que optaron por la abstención, el voto en blanco y el voto nulo.
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