RAÍCES Y ANTENAS
El mundo, al instante
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Gonzalo Chavez A..- Según una última publicación de la CEPAL, “Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe”, la economía mundial y el comercio registran su peor momento de post crisis. En el periodo 2011 – 2014, el crecimiento del producto interno bruto (PIB) real fue tan sólo de 2,2% en promedio. En cuanto en los años, 2001-2008 había sido 3%. Así mismo, en este periodo de auge, el crecimiento medio anual del volumen de exportaciones mundiales fue 6%, en cuanto en los últimos cuatro años, el crecimiento del comercio fue tan solo 2.5%.
El deterioro del comercio mundial también se observa en la evolución de la compra-venta entre regiones. En el 2010, el intercambio Sur – Sur, (el comercio entre países en vías de desarrollo), creció de manera espectacular en un 36.3%. En el año 2013, el crecimiento cayó tan sólo de 3.9%. Igual tendencia negativa se observa en el comercio Norte-Sur, es decir en el intercambio entre las economías industrializadas y las subdesarrolladas. Es decir, que el volumen de comercio internacional está con freno de mano. Así mismo, la mayoría de los precios de minerales, energía y alimentos han tendido a la baja, aunque que los valores registrados son mejores que a inicios del siglo XXI. En suma, todo indica que ha terminado lo que se conoció como el súper ciclo de precios de las materias primas y esto está acompañado de un bajón en los volúmenes de comercio mundial.
En este contexto, y tomando como referencia el último trimestre del 2014, la situación de la económica mundial puede ser leída en dos claves. Primero, lo que pasa en las economías desarrolladas, que si bien han mejorado parcialmente su desempeño económico debido a la recuperación de los Estados Unidos, no lo han hecho con la fuerza suficiente para jalar al resto del mundo. En Europa persiste un crecimiento mediocre y en algunos países hay amenazas de recesión. Japón muestra una tímida recuperación económica. Así mismo, la inflación muy baja en la zona euro, y en algunos casos la deflación constituyen una amenaza para la economía internacional.
Segundo, lo que sucede en las economías emergentes, que presentan también una desaceleración del crecimiento, en especial China y Brasil. Las tasas de interés más altas, las salidas de capital y la depreciación de las monedas en estas economías emergentes siguen siendo una preocupación importante. Cabe recordar, que inmediatamente después de la crisis del 2008, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sud Africa) eran un motor de crecimiento que sustentaba el vuelo de la nave mundial del comercio. Este ciclo parece haber terminado y el conjunto de la economía internacional está con un conjunto de complejos problemas.
En América Latina Y el Caribe, las tendencias mundiales mencionadas, se traducen en un crecimiento económico menor y en la reaparición de desajuste macroeconómicos internos (aceleración de la inflación, desajustes cambiarios, déficits públicos y bajas tasas de crecimiento del producto) y externos (déficits en la cuenta corriente) especialmente en países vecinos como Argentina, Chile y Brasil. Para el 2015, la CEPAL proyecta una tasa de crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) de 1,8% para Sur América. Economías grandes como Brasil (1,2%), Argentina (0,2%) y Chile (3%) tendrán desempeños modestos. Mientras que Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia registrarán crecimientos iguales o superiores a 5%. La pregunta central al finalizar el año, en el continente, es saber si prevalecerá el dinamismo de las economías andinas o más bien, las economía grandes terminarán contagiando su inercia productiva.
La desaceleración económica de la región se explica por: 1) un menor dinamismo de la demanda externa, varios precios de las materias primas que exporta América Latina bajaron; 2) una mayor volatilidad financiera, debido a la salida de capitales como consecuencia de la retirada de estímulos monetarios en Estados Unidos y el consecuente aumento de las tasas de interés en este país; 3) un menor dinamismo del consumo intra-regional y 4) una contracción de la inversión como variable fundamental del consumo interno.
El año 2014, que ya termina, en la historia larga será conocido como el momento que se produjo una inflexión en la economía internacional, por una parte será el momento que se inició el fin del súper ciclo de los precios de las materias primas y por otra parte, será conocido como el periodo que desmitificó la idea que a las economía emergentes (BRICS) serían la nueva plataforma de sustentación de la economía mundial. Estos países fueron sobre estimados en su peso y rol económico en el dinamismo del comercio.
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