Miércoles, 15 de octubre de 2014
 
Ejecutivo versus Concejo Municipal y viceversa

Ejecutivo versus Concejo Municipal y viceversa

Gastón Solares Ávila.- Pronto terminará esta gestión municipal y, como la anterior o como las anteriores, se ha caracterizado por el divorcio entre ejecutivo y Concejo. No hubo trabajo de equipo y el ciudadano no sabe ni le importa quién ganó o quién le hizo más daño al otro. Lo que sí sabe y le importa es que el perjuicio lo sufre la ciudad.
El ejemplo de unidad para ganar la elección no sirvió para nada porque esa unidad tuvo duración efímera. La propaganda preelectoral, que aseguraba que la unión hace la fuerza, fue solamente un discurso porque la unidad, como la entienden los políticos, es unas veces con unos y otras veces con otros. La lealtad, ese cumplimiento de las leyes de la fidelidad y el honor, parece no existir cuando se habla entre políticos. Es una conducta diferente, que no entendemos los que no sabemos nada de política.
Así haya ese divorcio que se agrava en cada gestión, algo se podrá hacer, sin necesidad de acuerdos con el Concejo, para evitar que Sucre continúe deteriorando su imagen al extremo de parecer una ciudad abandonada. Por ejemplo, ¿no podrá el alcalde ordenar que en el día se retiren los relojes que diferentes empresas han puesto por toda la ciudad para hacer publicidad y ninguno funciona? ¿No podrá sentarse un precedente para que eso no vuelva a ocurrir?
¿No podrá instruirse el mantenimiento de las fuentes de agua para que funcionen permanentemente? ¿Es acaso de alta tecnología hacerlas trabajar ininterrumpidamente? Las fuentes en Sucre son basureros, con excepciones como las de la Plaza principal que recientemente han empezado a funcionar.
¿No se podrá exigir a los propietarios de inmuebles que barran sus aceras y que las arreglen? Hace más de diez años que están en pésimo estado y, obviamente, cada día se deterioran más. Es increíble que desde el año 2009 no se haya implementado el proyecto de ampliación de aceras, teniendo el antecedente de las dos cuadras de la calle Nicolás Ortiz. Lógicamente, como los vecinos se han acostumbrado a que las cosas se las deje como están, no obedecen las débiles órdenes que reciben para reparar las aceras, como está ocurriendo en la avenida de Las Américas y en todo el centro de la ciudad. Es la muestra más clara de ausencia de autoridad.
¿Y el cuento de “ciudad blanca”? Cada día aparecen colores más intensos en el centro histórico y nadie reacciona. ¿Se va a dejar que esto continúe sin tomar acción? Sería bueno recordar que mientras más se tarde el problema se agrava, como ha ocurrido en la proliferación de construcciones que se han quedado a medio construir porque nadie se ocupa de aprobar las nuevas edificaciones, previa demostración de que existe el financiamiento para terminarlas. A eso se debe que en lugar de ciudad blanca, nos estemos convirtiendo en la ciudad inconclusa, la del ladrillo sin terminar. Y este tema es atribución del Concejo que tiene la potestad de legislar y modificar el absurdo de que pagan más impuesto las obras terminadas que las que se quedan a medio construir.
Para arreglar estos temas no hay tiempo porque todos están ocupados de hacerle daño al otro, pero pronto todos hablarán maravillas buscando su reelección. Por el resultado de las últimas elecciones, el señor alcalde decía que es necesaria una evaluación para evitar que lo mismo ocurra en las próximas elecciones municipales. Para que esa evaluación sea objetiva, sería bien que todos los concejales, alcalde y funcionarios, salgan a caminar por nuestra todavía bella ciudad, pero cuidándose mucho para no tropezar en los huecos o ensuciar sus zapatos, pues los perros sin dueño y en verdaderas jaurías están contribuyendo a este estado de cosas. ¡Ah! Y mejor si lo hacen en domingo, es el día más representativo porque no se recoge la basura.