Sábado, 18 de octubre de 2014
 

DESDE LA TIERRA

Liderazgo y aislamiento

Liderazgo y aislamiento

Lupe Cajías.- El Presidente reelecto para gobernar el próximo lustro al Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, es el líder político más importante de la historia boliviana, el único con tanta influencia mundial y con una presencia reconocida que influyó inclusive para que otras áreas, desde el cine nacional o el turismo, llamen la atención en el orbe.
El respaldo del último domingo de elecciones le da además una dimensión continental inédita porque los jefes partidarios de países tradicionales han perdido terreno en la última década y en el último año. Por ejemplo, los presidentes mexicanos y sus cancillerías solían marcar la línea en documentos y posiciones sobre asuntos de geopolítica internacional. Sin embargo, hace tiempo que el país al sur del Río Grande dejó ese rol y sus mandatarios están demasiado ocupados por los problemas en casa para mirar la Patria Grande.
En los años ochenta, tenían peso los gobiernos democráticos en un contexto de dictaduras. Panamá, Colombia y sobre todo Venezuela alentaron la declaración de fuerzas beligerantes de las guerrillas centroamericanas, propiciaron diálogos de paz, encuentros clandestinos con dirigentes libios o palestinos. Ahora Panamá con su soberanía recuperada en la zona del Canal no tiene ese interés y Colombia está aislada desde el Plan Colombia de los noventa. Venezuela fue gravitante con Carlos Andrés Pérez (la Internacional Socialista) y con Hugo Chávez (la Revolución Bolivariana), pero ahora Nicolás Maduro apenas se sostiene a sí mismo.
Ni Dilma Rousseff del poderoso Brasil y mucho menos Cristina Fernández en la decadente Argentina tienen posibilidades de convocar a los otros presidentes de la región en temas de interés Norte Sur y tampoco les alcanza su fuerza interna a Rafael Correa en Ecuador o a José Mujica en Uruguay.
Sólo Evo podría rescatar esas herencias para ser una referencia latinoamericana. Ninguno de los otros candidatos del pasado 12 de octubre tiene relaciones internacionales destacadas ni proyección mundial.
Sin embargo, paradójicamente, su gobierno está distanciado de sus vecinos; no tuvo en años un encuentro bilateral con los mandatarios de Brasil, de Perú, de Chile, tampoco hay planes conjuntos relevantes con Paraguay y su relación con el kirchnerismo no le aporta nada.
Uno de los cambios de timón que debe darse lo antes posible es en el Ministerio de Relaciones Exteriores, para que deje de lado su parte folklórica y se concentre en su trabajo diplomático profesional y moderno.