LA NOTICIA DE PERFIL
El “chanchullo es boliviano”
El “chanchullo es boliviano”
Paulovich.-. Después de conocer los resultados electorales y de escuchar conmovidos las disculpas de los órganos electorales que muestran las cifras exactas para que Evo triunfador consiguiera los dos tercios del Poder Legislativo que precisa para gobernar autoritariamente, mi socia periodística y yo quedamos admirados de la exactitud de las cifras.
Admirado del genio aritmético y geométrico de quienes triunfaron en las urnas, recordé de pronto que la cholita cochabambina fue la primera en anunciarme las cifras que trabajosamente nos dieron a conocer los “chanchulleros” de las Cortes Electorales, y creyendo que Macacha gozaba del poder de la adivinación que le pudo haber conferido nuestro amigo el yatiri Kalimán, pregunté a mi Pariente Espiritual cómo pudo acertar con tanta exactitud las cifras que el Candidato Evo y sus muchachos lograron aquel fatídico 12 de octubre del 2014.
La cholita de Quillacollo entre carcajadas me respondió: “Parece usted gringo compadrituy, ¿Acaso no sabía usted que el ‘chanchullo’ es invento boliviano y que hemos gozado del favor de los chanchulleros desde los albores de nuestra nación?”
Quedé turulato ante semejante pregunta y quise recordar los años de mi infancia en busca de mi primer chanchullo.
Cuando vagaba por las penumbras de mis años pasados, salió a mi encuentro mi comadrita y me dijo: “Yo he hecho chanchullos desde que era niña e iba a la escuela de Quillacollo sin zapatos y fui la primera de mi curso obteniendo las mejores calificaciones gracias a mis chanchullos que nunca me fallaron; el boliviano que le diga que nunca hizo chanchullo en su vida le está mintiendo”.
Las sabias palabras de mi comadrita me dejaron cabizmundo y meditabajo; al revés, cabizbajo y meditabundo, porque alcancé a sospechar que toda la Historia de nuestro país es el producto de chanchullos desde los tiempos del célebre Olañeta hasta nuestros días, en los que un hábil chanchullero se rebaja los años que anda gobernando para gobernarnos más años, cuando seguramente hará otro chanchullo para convencernos de que recién estará gobernando para volverse a re-re-re-re-elegir utilizando las artes que domina un buen chanchullero boliviano.
Mirándole cara a cara (feis tu feis, como decimos en Cochabamba), dije a mi comadrita que era una genial chanchullera al haberme dicho con anticipación el número de votos que obtendría Evo y que desde el Presidente Vitalicio del Estado Pluri Nominal, como lo bautizó un imprentero y lo confirmó un Tribunal Supremo Electoral, son todos chanchulleros.
Para confirmar que yo también soy un chanchullero dije a la cholita: “Yo te admiro porque eres una gran periodista y chanchullera, pero harías muy feliz a este viejo chanchullero prestándome quinientos dólares hasta el 31 de diciembre porque nuestro chanchullero Presidente me ha prometido dos aguinaldos chanchulleros…”
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