RESPALDO. El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, participa de un acto de apoyo a la candidata del PT, Dilma Rousseff.
DEBATE ANTES DE SEGUNDA VUELTA EN BRASIL
Dilma y Neves discrepan sobre la lucha antidrogas
Dilma y Neves discrepan sobre la lucha antidrogas
Opositor acusa a Bolivia de no hacer lo suficiente para disminuir la producción de coca
Río de Janeiro/EFE
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y su rival en las elecciones del próximo domingo, el socialdemócrata Aécio Neves, recurrieron ayer a la política exterior para atacarse mutuamente y convencer a los últimos votantes indecisos.
A tres días de la segunda vuelta de las presidenciales, Rousseff ensanchó su ventaja en los sondeos y ahora goza de entre seis y ocho puntos sobre el opositor, según dos encuestas divulgadas ayer.
Para contrarrestar esa tendencia que favorece a la mandataria, Neves puso el dedo en la llaga en la supuesta connivencia de Brasil con los países limítrofes productores de drogas, mientras que Rousseff ridiculizó las aspiraciones de su rival de cambiar el rumbo de las alianzas comerciales que mantiene el gigante suramericano.
El candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) acusó a los gobiernos de los países sudamericanos donde se producen drogas de "hacer la vista gorda" con el narcotráfico.
Y al Ejecutivo liderado por su oponente en las urnas le echó en cara no hacer nada para evitar esa situación y "aceptar" la entrada de drogas en el país.
El único país vecino que citó fue Bolivia, origen de la mayoría de la cocaína vendida en Brasil y que llega al país a través de una frontera porosa, escasamente vigilada, algo que también pretende cambiar el opositor.
"Bolivia, por ejemplo, produce cuatro veces más de hoja de coca de lo que consume en sus altiplanos; eso es una señal clara de que no hay una preocupación de esos países", manifestó Neves en una rueda de prensa.
Además de Bolivia, Brasil recibe cocaína principalmente de Colombia y de Perú y marihuana desde Paraguay.
La propuesta de Neves significaría un endurecimiento en las relaciones con esos países, de un modo que no especificó, y también un refuerzo de la frontera con la presencia de policías y militares.
Además prometió reforzar la presión sobre las narcotraficantes, que son, en gran medida, responsables de la oleada de violencia que azota a las grandes ciudades brasileñas y que, según datos oficiales, causa 55.000 asesinatos por año en el país.
Al margen de la cuestión del narcotráfico, Neves propugnó durante la campaña electoral un giro en las relaciones comerciales con sus socios suramericanos, para dar prioridad a una visión de la política exterior orientada a los "negocios", en contraposición con la posición "ideológica" que alega que hace su rival.
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