Martes, 28 de octubre de 2014
 

TRIUNFO. Dilma Rousseff celebra su victoria en las elecciones del domingo junto al jefe y fundador del PT, Lula da Silva.
TRIUNFO. Dilma Rousseff celebra su victoria en las elecciones del domingo junto al jefe y fundador del PT, Lula da Silva.

AFIRMA QUE SERÁ UNA DE LAS PRIORIDADES DE SU GESTIÓN

Rousseff pone en la mira recuperación económica

Rousseff pone en la mira recuperación económica



El crecimiento de la principal potencia sudamericana, estancada en los últimos años, requiere de ajustes cada vez más urgentes

Río de Janeiro/EFE

La recuperación de la economía y un duro combate a la inflación serán prioridades en el segundo mandato de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reelegida el domingo para un nuevo cuatrienio, afirmaron ayer portavoces de su campaña.
Rousseff afirmó ayer que anunciará este mismo año medidas para recuperar la economía y reforzar el combate a la inflación, pero que primero las discutirá en un amplio diálogo con todos los sectores.
Por su parte, Rui Falcao, presidente del Partido de los Trabajadores (PT) y coordinador de la campaña que llevó a la reelección de la mandataria, dijo que "habrá un combate implacable para mantener la inflación bajo control" y también para continuar con la generación de empleos y la valorización de los salarios,
Rousseff ganó la segunda vuelta electoral con un 51.64% de los votos frente al senador socialdemócrata Aécio Neves, que fue respaldado por un 48.36%, una votación que robusteció a la oposición de cara al próximo período presidencial, que comenzará el 1 de enero de 2105.
La preocupación que supondrá para Rousseff la economía, estancada en los últimos años, con una elevada tasa de inflación y bajas tasas de crecimiento, quedó clara en las declaraciones de Falcao, pero también de autoridades del Gobierno.
"Tenemos que esperar un tiempo y ver cómo el mercado se comporta, pero a la Presidenta no le faltará coraje para cambiar todo lo que deba ser cambiado" en materia económica, declaró el ministro de la Secretaría de la Presidencia, Gilberto Carvalho.
La única voz disonante en ese sentido fue la del ministro de Hacienda, Guido Mantega, quien dejará el Gobierno a fin de año y es blanco de duras críticas de los agentes financieros, que apostaron fuerte a la política liberal que ofrecía al país el opositor Neves.
"Estoy feliz con el resultado de las elecciones, porque muestra que la población aprueba la política económica", dijo Mantega en una rueda de prensa en la que intentó calmar a los mercados en medio de una nueva caída de la Bolsa de Sao Paulo, que cerró ayer con una baja del 2.77% y en su menor nivel desde abril.


RESPALDO CONDICIONADO
La reelegida Presidenta tendrá en su segundo mandato respaldo mayoritario en el Congreso pero, con un menor número de legisladores oficialistas, un mayor número de partidos y la tradicional infidelidad partidaria del país, será rehén de las formaciones que "venden" su respaldo.
Si la Jefa de Estado ya era rehén del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor fuerza electoral del país y que en el primer mandato le cobró por su apoyo cinco de los 30 ministerios y cientos de cargos públicos, en su segundo mandato pasará a depender de negociaciones con más formaciones, según analistas.
Ello debido a que en las elecciones legislativas del pasado 5 de octubre se redujo el número de diputados y senadores integrantes de partidos que apoyan a Rousseff.
La fuerte polarización de las elecciones presidenciales también dificultará el apoyo al Gobierno en el Congreso.
El número de diputados de partidos oficialistas caerá de los actuales 339 a 304 en la próxima legislatura.

Descenso

El Partido de los Trabajadores (PT), de Dilma Rousseff, se mantendrá como la primera mayoría en la Cámara, pese a que su representación cayó de 88 diputados hasta 70.