PROCESO. La mujer boliviana fue sentenciada en Quilmes, en la periferia de Buenos Aires.

ORGANISMO EN ARGENTINA VE INJUSTICIA

Dictan cadena perpetua para boliviana migrante

La Justicia argentina condenó ayer a prisión perpetua a Reina Maraz, la mujer boliviana quechuaparlante, acusada de matar a su marido, frente a lo que su defensa aseguró que apelará la sentencia.
Maraz fue condenada por homicidio doblemente calificado, premeditado y por alevosía, según lo sentenció ayer el Tribunal Oral en lo Criminal número 1 de Quilmes, en la periferia sur de Buenos Aires, informó el defensor oficial de la mujer, José María Mastronardi.
En la audiencia de ayer, las juezas Silvia Etchemendi, Marcela Alejandra Vissio y Florencia Butiérrez leyeron la sentencia que culpa a la mujer por el asesinato de Limber Santos, su marido, pero no dieron a conocer los fundamentos.
"Las juezas darán a conocer los motivos que las convencieron para tomar esa decisión recién el 11 de noviembre", afirma Mastronardi, quien, "totalmente sorprendido" con el resultado, adelantó que apelará el veredicto ante la Cámara de Casación a finales del próximo mes.


INJUSTICIA
Desde la Comisión Provincial de la Memoria (CPM), organismo del Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires que intervino como veedor de la causa y logró que le propiciaran un intérprete a Maraz para que pudiera declarar en su lengua materna, aseguraron que ayer se cometió una "terrible injusticia".
"Reprodujeron el relato del fiscal y dieron por válida la cámara Gessell tomada al hijo mayor, desoyendo a los peritos que argumentaron su invalidez por ser breve y guiada para que el niño insinúe la culpa de la madre", afirmó la directora de Litigio Estratégico de la CPM, Margarita Jarque.
Maraz, en un testimonio ante el tribunal durante tres horas, detalló los abusos que sufrió mientras convivía con su esposo y los golpes que éste le daba, incluso hasta dejarle inconsciente en una ocasión.
La mujer, que llegó a Argentina junto con su marido y sus dos hijos en 2009, fue detenida nueve meses después en la ciudad de La Plata, a 70 kilómetros de Buenos Aires, acusada de matar a su marido.
Sin la presencia de un intérprete de quechua, Maraz estuvo bajo prisión preventiva en la unidad penal 33 de La Plata y dio a luz a su tercer hijo en esas circunstancias, sin entender de qué la acusaban.