CONGREGADOS. Los k'anchakus reunieron y movilizaron a centenares de personas por las calles de la ciudad, incluso familias enteras.
LA VARIEDAD DE COMIDA Y APERITIVOS MOSTRÓ LA VARIEDAD DE CULTURAS CONGREGADAS
Tradición de los k'anchakus cita a miles de personas en la ciudad
Tradición de los k'anchakus cita a miles de personas en la ciudad
Gastos incluso por encima de los Bs 15.000 muestran la importancia de la festividad
Dayana Martínez Carrasco
Con una inversión de miles de bolivianos, estilos particulares y sobre todo mucha cordialidad, se realizaron ayer los tradicionales k’anchakus en toda la ciudad. Familias enteras, grupos de jóvenes y adultos recorrieron las calles de la ciudad visitando a las familias que, de acuerdo a la tradición, ofrecen comida y bebida a todos los que oraban por el difunto a quien se ofrecía la “mesa”.
En Sucre, los k’anchakus suelen hacerse para las personas que fallecieron el último año, mientras que de algunas regiones de Potosí y de los Cintis, de donde hay una gran cantidad de residentes, se realizan k’anchakus en los dos años siguientes al fallecimiento, el segundo denominado como “alma vieja”.
Con el paso de los años la tradición de los k’anchakus cambia notoriamente, adoptando elementos de diferentes regiones del país, en cuanto a las masas y las bebidas que se preparan para la ocasión y la forma de servirlas, tal y como se vio ayer cuando en algunas casas se recibía a todo el que ingresaba con una tutuma de chicha con panala o en otras casas con una piña repleta de la misma bebida que aguarda en un inevitable “tren” dispuesto en la puerta de cada k’anchaku.
Ayer, Sucre se llenó de platos de mondongo y masitas, aunque haciendo eco del dicho “el que mucho abarca poco aprieta”, aquellos que cargaban grandes bolsas de masitas y comida, terminaron dejando algunas por las calles, además de los platos, ensuciando la ciudad.
“Mesas” de miles
En varios k’anchakus se reciben a centenares de personas, pero además las “mesas” no sólo alcanzan a congregar tal cantidad de personas sino a exigir semejantes cantidades de inversión. En una de las mesas ayer visitadas, se indicó que sólo entre comida y los aperitivos que son parte de la “mesa” del difunto, se invirtió más de Bs 15.000.
Estas inversiones parecen ser comunes en los k’anchakus, aunque en los últimos años, varias familias han preferido recibir únicamente a las personas a las que se les extendió una invitación, dejando de hacer los k’anchakus “a puertas abiertas”.
Mientras varias familias acudían a los k’anchakus de sus conocidos o incluso desconocidos, algunas, aunque eso sí, muy pocas, fueron al Cementerio General aprovechando la poca afluencia de personas, especialmente en horas de la tarde, para visitar a sus difuntos con más tranquilidad y paciencia.
Del ingreso a la salida
Sin duda, acudir a los k’anchakus exigió resistencia a los visitantes y más si intentaron visitar varios lugares, porque desde el ingreso a cada casa, una alegre y desprendida comitiva lo recibieron con varios vasos u otros como frutas, llenos de bebida que hay que beber al ingresar, en promedio tres bebidas diferentes.
Ya adentro, un plato del tradicional mondongo espera, a no ser que la familia sea de otra región y haya preferido invitar otro plato. Para acompañarlo, se invitó un balde o jarra de chicha que en algunos casos la sirven en ollas de barro, además del ofrecimiento, obligatorio, de servirse cócteles que circularon por las salas. En síntesis, todo un desafío para aquellos que además, armaron una especie de tour por la ciudad.
Ante la ausencia de micros, los taxis abundaron en la ciudad, muchos de ellos salieron recién a partir de las 16:00, cuando calcularon que habría más gente en movimiento por las calles, según comentaron varios conductores consultados sobre el tema, además de ser una hora en la que aún no hay muchas personas en completo estado de ebriedad.
Basura
Con el paso de las horas, varias calles de la ciudad quedaron con desechos de platos de comida y otros que las personas dejaron tras las visitas realizadas; lamentablemente, sin pensar en el cuidado de jardines ni de calles.
"Mesas" diversas de acuerdo al lugar de origen y las costumbres familiares
ORDEN. Esta mesa tenía una disposición especial de las masitas, servida para 11 personas.
DETALLE. Una cruz de caramelo hecha a pedido para la festividad.
De acuerdo a las tradiciones y a lo que la familia prefiera, las “mesas” armadas para los difuntos tienen diferentes elementos, algunas se mostraron bastante ordenadas y dispusieron los platos con las masitas y las botellas de bebida de manera que se pudieron distribuir entre 11 personas.
En otras, destacaron los detalles elaborados de los alimentos, masas y dulces, como en la imagen, con la cruz de caramelo del k’anchaku de la señora Hilda Flores, imagen que se hizo a pedido en Cochabamba, según informaron los familiares.
En cuanto a la comida, pese a que en Sucre es tradicional el plato de mondongo, en varios lugares se sirvieron otros platos, como el ck’ocko de pollo o el asado de chancho, según la procedencia de las familias.
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