OCULTISMO. En nuestros días se practicarían artes oscuros.
ESTUDIOSO JESUITA BOLIVIANO ADVIERTE SOBRE EL CULTO AL DEMONIO Y EL OCULTISMO
Sacrificios de animales y humanos se practicaría en la época actual
Sacrificios de animales y humanos se practicaría en la época actual
Las prácticas de ofrendas de vidas se vislumbrarían hasta por la red Internet
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“El diablo ronda buscando a quién devorar”, es el artículo del sacerdote jesuita Miguel Manzanera el cual afirma que, al igual que en los tiempos de la primera evangelización de América, actualmente “se siguen haciendo sacrificios no sólo de animales, sino también de seres humanos” en honor del demonio.
En una entrevista sobre exorcismos, publicada el 19 de octubre en el periódico Opinión, la periodista Dayana Flores puso en duda la afirmación de que en los tiempos de la colonia los indios hacían ofrendas al diablo para ser librados de amenazas o desgracias. Mencionaba al cronista Guamán Poma de Ayala quien relata que los indios hacían ofrendas a la Pachamama para que fuese bendecida la producción agrícola.
Se trataría únicamente de un rito de reciprocidad de dar de beber a la tierra al menos una vez al año, de lo contrario las cosechas serían malas.
"Tenemos sin embargo cronistas fidedignos que informan sobre frecuentes cultos idolátricos de sangre. Los indios hacían ofrendas al diablo para ser librados de amenazas o desgracias provocadas por el mismo espíritu maligno".
El agustino Fray Alonso Ramos Gavilán en su documentada obra La historia del celebérrimo santuario de Copacabana menciona cómo los indios “en negocios grandes y de importancia usaron casi todo el Perú y en particular en el Cuzco y en Tititica, sacrificar niños de edad de seis hasta 12 años”. “Poníanlos sobre una losa grande, los rostros hacia el cielo, vueltos al Sol y tirándolos del cuello ponían sobre él una teja o piedra lisa algo ancha y con otra daban encima tantos golpes que le quitaban en breve la vida y así muertos los dejaban dentro de la misma Guaca (oratorio); con esto se daba el demonio por servido y luego en los retretes y lugares oscuros les hablaba, acudiendo a darles respuesta a gusto de quien los escuchaba y muchas veces en daño de los mismos indios”.
Esa idolatría diabólica fue una de las principales razones para que los misioneros extremasen su esfuerzo en la evangelización y salvación de los indios. La devoción a la milagrosa Virgen de Copacabana contribuyó a liberar a aquellos pueblos de la esclavitud del diablo.
Hoy también, según informan testigos presenciales tal como puede verse en internet, se siguen haciendo sacrificios no sólo de animales, sino también de seres humanos. Al construir cimientos de puentes o de edificios altos o en diversas celebraciones se sacrifican llamas y también pordioseros embriagados como ofrendas de sangre al diablo.
Ya esto es un argumento suficiente para evitar cualquier práctica de ritos, aparentemente inocentes como la ouija y otros juegos en los que se invoca al maligno.
El reciente hecho sucedido en Paurito, Santa Cruz, donde estudiantes adolescentes volvieron histéricos y perturbados después de haber practicado juegos espiritistas y ofrendas diabólicas.
Para contrarrestar ese crecimiento idolátrico la Iglesia Católica ha incrementado la capacitación de sacerdotes exorcistas.
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