Lunes, 10 de noviembre de 2014
 

BANDA. Un grupo de extorsionadores que operaba en Cochabamba fue presentada por el ministro de Gobierno, Jorge Pérez.
BANDA. Un grupo de extorsionadores que operaba en Cochabamba fue presentada por el ministro de Gobierno, Jorge Pérez.

LOS EFECTIVOS DEL ORDEN EXTORSIONABAN Y SECUESTRABAN A PERSONAS

Dos miembros de la Policía eran parte de bandas delincuenciales

Dos miembros de la Policía eran parte de bandas delincuenciales



Las bandas operaban en Cochabamba y Tarija respectivamente

Agencias

El fin de semana un efectivo de la Policía y un voluntario civil del Grupo de Apoyo Civil a la Policía GACIP fueron aprehendidos junto a sus cómplices acusados de cometer delitos de secuestro, organización delictuosa y de extorsión.
Ayer, el ministro de Gobierno, Jorge Pérez, en Cochabamba presentó a una banda de extorsionadores liderada por un miembro GACIP y cuatro civiles.
"Se ha encontrado una organización criminal de extorsionadores que se dedicaban a pedir dinero a responsables económicos o de hacienda de las iglesias cristianas", estableció en conferencia prensa.
Los implicados fueron identificados como Samuel Baltazar Miranda (miembro del Gacip) y su madre Selma Miranda Rodríguez, así como Oscar Espinoza Rodríguez, Fabricio Gamarra Vargas y Mauricio Gamarra Vargas.
La autoridad gubernamental mencionó que la investigación del caso determinó que Baltazar y Miranda lideraban la organización criminal y elegían a las víctimas para pedirles entre 5.000 a 250.000 dólares para que eviten que se investigue la legalidad de su permanencia en el país y su posible expulsión.
De acuerdo con Pérez, la pesquisa estableció que Fabricio Gamarra Vargas se encargaba de enviar mensajes de texto por vía telefónica a los seleccionados para amenazar contra la seguridad de las familias de los seleccionados o, incluso, de los miembros de su feligresía si no se pagaba los montos exigidos.
Asimismo, mencionó que la investigación, por otro lado, hizo posible llegar a la conclusión de que Oscar Espinoza Rodríguez y Mauricio Gamarra Vargas eran los encargados de cobrar los dineros solicitados.
En la tarea policial también se secuestro un motorizado de color plomo con placa de control 1455 - HZS y una motocicleta de colores guindo y negro con placa de control 3508-FHF.


POLICÍA A LA CÁRCEL
Por otra parte, el sargento de Tránsito de la Policía, Raúl Claros, y otros cuatro civiles fueron capturados en Tarija el viernes y enviados a prisión el sábado por los delitos confesos de secuestro y de organización delictuosa, como resultado de un sigiloso operativo de un grupo de élite de la fuerza del orden, que logró desbaratar a una mafia dedicada a plagiar personas a cambio de cuantiosos rescates; el último, ejecutado entre el 28 y 29 de octubre.
El cabecilla de la banda y uno de sus cómplices siguen prófugos. Así lo confirmó el ministro Pérez.
Según el informe policial, la banda criminal secuestró en Tarija a Rodrigo Zúñiga Velásquez, de 25 años, entre el 28 y el 29 de octubre, y exigió con amenazas de muerte el pago de una recompensa de $us 50.000 a su familia. Rodrigo sería entregado “en pedacitos” si denunciaban el caso a la Policía, informó el diario tarijeño Nuevo Sur.
Zúñiga fue raptado junto con su vehículo, luego de haber sido estudiado y acechado por varios días, para después ser trasladado a una guarida en las afueras de la capital próxima a Camargo, donde fue reducido a golpes, atado con alambre de amarre y obligado a permanecer en el piso durante todo su cautiverio.
De acuerdo con Pérez, la Policía de Tarija se enteró de rumores de secuestros a miembros de familias acaudaladas tarijeñas, por lo que decidió indagar.
Las familias contactadas negaron dichas versiones, aunque el grupo de élite de Inteligencia luego pudo confirmar el caso de Zúñiga. “Cuando llamaban a la familia, le decían que tenían información de la Policía; les dijeron que manejaban información de Inteligencia y que si avisaban a esta institución iban a matar al secuestrado”, explicó Pérez.
Ahí es donde el sargento Raúl Claros, desde dentro de la institución dedicada a velar por la seguridad ciudadana, jugó el papel decisivo de informante de los movimientos internos.
David Farfán Reyes era el custodio de la víctima y contacto con la familia Zúñiga. Su hermano Jamil Farfán Reyes Guerrero no participó del hecho, pero conocía el caso. Germán Pereira Castro, mecánico que ayudó a trasladar y esconder el auto de la víctima; y A.P. C., que no fue presentado entre los detenidos porque no hay certeza sobre su participación. Álex, alias ‘Negro’, es el cabecilla prófugo junto con su cómplice, llamado ‘Memo’.