Jueves, 13 de noviembre de 2014
 

EDITORIAL

Dudas sobre las empresas estatales

Dudas sobre las empresas estatales



Para preservar la solidez del sector estatal, uno de los principales pilares de la economía nacional, lo que corresponde es despejar las dudas

Una serie de noticias relativas a la situación por la que están atravesando algunas de las empresas del sector estatal de nuestra economía han vuelto a dar actualidad en nuestro país al antiguo debate sobre la necesidad y conveniencia de que el Estado dedique sus escasos recursos a crear, mantener y desarrollar empresas dedicadas a actividades productivas que por su naturaleza muy bien podrían ser encaradas por el sector privado.
Lo que ha devuelto actualidad al tema es la profunda crisis en la que según muchos informes están sumidas empresas como Empresa Pública Nacional Textil (Enatex), Empresa Boliviana de Almendras (EBA), Cartonbol o Papelbol, entre muchas otras que, según todos los datos disponibles, tienen muy serias dificultades para cumplir con sus obligaciones laborales, sociales y tributarias.
Lamentablemente, en éstos como en otros casos, la falta de transparencia con que son administradas las cuentas de esas empresas, a lo que se suman las versiones contradictorias de sus ejecutivos y trabajadores, dejan un margen demasiado amplio a la especulación y ese, en sí mismo, ya es un muy mal síntoma.
Un ejemplo de lo dicho es la situación de Enatex. Según informes proporcionados por los trabajadores de esa empresa, cuyo sindicato habría sido “autodisuelto” como un gesto de adhesión a la gestión gubernamental, la empresa tiene más de cuatro meses de atraso en el pago de sus planillas salariales y la situación sería aún peor en lo que a sus aportes a los fondos de pensiones se refiere. No hay datos sobre los volúmenes de producción ni ventas, y aunque sus ejecutivos reconocen que los mercados de exportación no son suficientes para absorber su oferta, tampoco dan cifras al respecto.
Sin embargo, y a pesar de que los hechos indican lo contrario, el Gerente de Comercialización y Preproducción de Enatex ha informado, a través de la agencia oficial de noticias ABI, que esa firma estatal habría tenido un crecimiento del 300% durante los últimos dos años, por lo que merecería el rótulo de “empresa modelo”.
Muy similar es el caso de la EBA, cuyos trabajadores se han declarado en huelga porque no hay quién haga efectivo el pago de sus salarios.
La real situación de Cartonbol y Papelbol, otras de las empresas más representativas de la intervención estatal en actividades productivas que no corresponden al sector estratégico de la economía, son también verdaderos misterios cuyos reales alcances se pierden en insondables entuertos legales, técnicos, financieros y políticos, terreno fértil para las más diversas especulaciones y suspicacias sobre la manera como son administrados los cuantiosos recursos que el erario nacional les otorga.
Ahora, cuando ya no hay discrepancia posible sobre la urgente necesidad de ampliar y diversificar la base productiva de nuestro país, la verdadera situación de las empresas estatales no puede pasar desapercibida como si de un detalle secundario se tratara. Por el contrario, y en vista de lo importante que es preservar la solidez del sector estatal como uno de los pilares de la economía nacional, lo que corresponde es despejar las dudas y cortar de raíz los malos manejos.