Sábado, 22 de noviembre de 2014
 

EDITORIAL

Reconducción

Reconducción



Ante errores permanentes, corresponde remarcar la necesidad de privilegiar la política exterior y atenderla en forma coherente, sistemática y profesional

En forma insistente se sugiere a las autoridades cumplir su promesa de subordinar la política internacional, primero, a la estrategia de retorno al Pacífico, que ahora pasa por atender en forma coherente, sistemática y profesional, la demanda interpuesta ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Segundo, privilegiar los intereses del país por sobreposiciones ideológico-sectarias.
Habrá que señalar que, en el primer caso, existe en el país un alineamiento sincero detrás de la estrategia gubernamental sobre el mar, al punto que algunas expresiones públicas en contra han sido duramente censuradas, así como innecesarios deseos de figuración de algunas autoridades ajenas a este tema. Además, corresponde destacar que incluso en la campaña electoral pasada se respetó este tema, lo que demuestra, sin duda, un avance importante en la diferenciación de políticas de largo y corto alcance.
Sin embargo, se reproducen errores en forma permanente. Uno de ellos es la agresividad con la que muchas autoridades se refieren a Gobiernos de otros países vecinos que, en determinadas circunstancias pueden ser importantes aliados para alcanzar con éxito nuestra demanda marítima. Estas innecesarias y maniqueas agresiones sólo deterioran las relaciones, afectando, sin duda, el interés nacional.
En este marco se inscribe nuestra relación con Perú, en la que hay recurrentes fricciones (más allá de una siempre compleja relación entre vecinos dados los antecedentes históricos que hacen que sobreviva un interés peruano de injerencia en nuestra política internacional) producto de posiciones ideológicas que se expresan en las críticas que se lanzan en contra de la Alianza del Pacífico en la que participa Perú y de los mandatarios de los países que la conforman. Esas innecesarias agresiones crean o avivan resentimientos que poco bien nos hacen.
Sólo de esa manera se explica que a las pocas horas de una importante precisión hecha por el Canciller peruano respecto a la demanda boliviana ante la CIJ, que se ha comentado en este espacio, surja una declaración del Mandatario peruano insistiendo en que ese tema es exclusivamente bilateral, luego de que autoridades y medios chilenos rechazaran con absoluta impertinencia las afirmaciones del Canciller peruano.
Esa posición se suma a la decisión de ese Gobierno de gestionar ante China el financiamiento de un tren bioceánico entre Brasil y Perú dejando de lado al país (que provocó una reacción dura del Presidente del Estado) y que ha sido reiterada en las últimas horas pese a que Bolivia expresó en forma clara su interés en que esa vía atraviese Bolivia.
En esa secuencia de declaraciones no aparece el Ministerio de Relaciones Exteriores, dejando las respuestas bajo responsabilidad del propio Primer Mandatario o de algunos ministros que tienen otras funciones. Por ello, es necesario recordar las responsabilidades que tienen estas autoridades en la estructura de gobierno para privilegiar, como ya hemos dicho antes, los intereses del país.