�Cr�tica negativa?
�Cr�tica negativa?
Gast�n Solares �vila.- Esta columna no tiene por objetivo dedicarse a resaltar el trabajo que hacen las autoridades, pues para eso han sido elegidas en cargos espec�ficos y rentados. El objetivo es reclamar por lo que no se hace, con la intenci�n de recordarles la necesidad de preservar el t�tulo de ciudad patrimonial obtenido un 13 de diciembre de 1991 y mantener la imagen atractiva para el turismo, lo que no se est� haciendo.
La prueba de lo afirmado es que la suciedad se ha vuelto caracter�stica, lo que contrasta con la tradicional limpieza de anta�o y no es un justificativo el crecimiento de la ciudad ya que, con ese argumento, las ciudades grandes tuvieran que ser basureros. Protesto, como todo buen chuquisaque�o, por la cantidad de edificaciones a medio construir que nos han quitado otra caracter�stica importante: la de ciudad blanca, situaci�n agravada por el libertinaje en el pintado de fachadas c�ntricas sin que ninguna autoridad reaccione.
Es indudable que las soluciones a nuestros muchos problemas no son f�ciles, pero tampoco es dif�cil tomar algunas medidas que no requieren autorizaci�n del Concejo, ni de nadie, sino que simplemente requieren acci�n. Para evitar que se califiquen estas notas semanales como cr�tica negativa, frecuentemente se sugieren soluciones que generalmente no se toman en cuenta, o porque no las conocen, o porque no las consideran adecuadas, o simplemente porque la soberbia no les permite poner en ejecuci�n lo que no sale de sus cerebros.
Citar� algunas concretas para demostrar lo afirmado. El desorden e indisciplina en el tr�fico es resultado de la falta de educaci�n de conductores y peatones. El trabajo sacrificado de las �cebras�, encomiable por cierto, es bueno pero no suficiente y bajo el principio de que la letra entra con sangre, tuviera que tomarse el ejemplo de otras ciudades, especialmente del exterior, que con mucho mayor cantidad de gente y de veh�culos, se caracterizan por el orden y la seguridad.
Tr�fico y Vialidad de la Alcald�a, obviamente en coordinaci�n con la Unidad Operativa de Tr�nsito, tuviera que fijar paradas oficiales para los veh�culos de servicio p�blico y obligar a los conductores a utilizarlas, con la prohibici�n de subir y dejar pasajeros en cualquier parte. �C�mo lograrlo? Muy f�cilmente y, otra vez, como lo hacen en otras ciudades: Establecer una supervisi�n permanente mediante oficiales de jerarqu�a, que no se presten a �perdonar� la infracci�n por 10 pesitos, que controlen el cumplimiento de la disposici�n castigando al infractor en forma inmediata, cobr�ndole una multa de por lo menos 100 bolivianos, que debe ser pagada en el d�a. Les aseguro que ese infractor no volver� a violar la norma nunca m�s y la sanci�n ejemplificadora ser� ampliamente difundida, lo que har� que los dem�s conductores se vean obligados a respetar las decisiones que se tomen en beneficio colectivo.
Personalmente, he sufrido una sanci�n por estacionar un veh�culo de alquiler en Santiago de Chile, en un lugar que hab�a sido prohibido y que no ten�a se�alizaci�n clara, cosa poco com�n en ciudades como la citada. No tuve otra alternativa que pagar los 200 d�lares de multa que se cargaron a mi tarjeta de cr�dito, en el momento de devolver el autom�vil que me sirvi� de medio de trasporte a otras ciudades cercanas. Esa lecci�n la he aprendido tan bien, que nunca m�s he repetido la infracci�n, cuya multa result� superior al alquiler pagado durante un fin de semana.
Esa medida pudiera ser aplicada con todo �xito en nuestra ciudad, si acaso las autoridades de Tr�nsito la ejecutaran con la misma eficiencia que han controlado durante unos d�as el cintur�n de seguridad, que no funcionan a baja velocidad porque est�n dise�ados para evitar da�os severos cuando se producen fuertes impactos.
La sugerencia planteada demuestra que las cr�ticas de estas notas no son negativas, sino que trasmiten experiencias que pudieran servir de mucho si existiera el deseo de imitar el buen ejemplo y de aplicar medidas en forma oportuna.
|