BARLAMENTOS
La Bossa Nova es hoy bosta nova en Brasil
La Bossa Nova es hoy bosta nova en Brasil
Winston Estremadoiro.- Soy cultor de la bossa nova. No es gusto reciente la síncopa de esa mezcla de samba brasileña y un poco de jazz, café cortadito con un chorrito de leche. Jugué con las palabras ‘bossa nova’ y ‘bosta nova’, onda nueva y mierda fresca, así el mataburros defina ‘bossa’ como protuberancia o chichón, más apropiado en el presente caso.
Me inspiró el comentario de un lector (“que política de bosta essa nossa…ave!!!”), a la noticia de que el Ministerio Público brasileño ha pedido una auditoría de los $434 millones de dólares adicionales que Petrobras pagó a Bolivia por compensación del gas ‘rico’ que nuestro país exportó a Brasil.
Ahora sus autoridades cuestionan ¿por qué el acuerdo se hizo entre el padrino Lula y el ahijado Evo en medio de la batahola electoral boliviana? Los $434 millones de dólares, ¿hacen el gas boliviano “económicamente viable” ante alternativas de aprovisionamiento? Si es que las respuestas apuntan a una protuberancia sospechosa, el procurador brasileño investigará “las condiciones de negociación, quién autorizó el pago adicional, qué instancias estatales se manifestaron, y si hubo participación de la Presidencia de la República, de la Casa Civil, del Ministerio de Relaciones Exteriores o del Ministerio de Minas y Energía en el acuerdo”. En caso que se demuestre daño al erario nacional, dicen, se instauraría una toma especial de cuentas para identificar a los responsables y cobrar el débito.
El barullo proviene del escándalo llamado “Lava Jato” (lavadero automático), versión actual del operativo “Mensalão” de 2005. Los dos apuntan a la corrupción: el uno a los congresales que recibían ‘talegazos’ por levantar la mano aprobando lo que viniera del Ejecutivo; el Lava Jato apunta a Petrobras como la ‘chanchita’ de la que venían los millones para ‘aceitar’ contratos que favorecieran a ‘empreiteiras’. Pero hay más. El lavadero automático ha metido a la cárcel a casi una veintena de capo di tutti capi y ejecutivos de ‘empreiteiras’ brasileñas. Sí, aquellas de las que advertía mi amigo José María Bakovic como nuevos ‘bandeirantes’ de los que había que cuidarse.
No puedo dejar de mencionar a la ‘empreiteira’ bahiana OAS y al grupo carioca Queiróz Galvão. Son las dos empresas de mayor aporte a la ‘vaquita’ corrupta de más de $70 millones de dólares para la campaña electoral brasileña de 2014, eso sin contar las ‘contribuciones’ a Dilma Rousseff y Aécio Neves, que mejor es dar a los dos adversarios para no ‘pelarle’. La OAS puso más de $20 millones de verdes; la Queiróz Galvão más de $17 millones.
La primera se convirtió en la adulada del MAS, adjudicándose a dedo la carretera asesina del TIPNIS por un monto arriba de $400 millones de dólares, cuando el institucionalizado Bakovic la había presupuestado en menos de la mitad. La Queiróz Galvão, a la que pillaron varios defectos de construcción, quizá pagó el pato de una “noche de copas, una noche loca” de Patricia Ballivián cuando de buenas a primeras rescindió su contrato para construir la carretera Potosí-Tarija, y lo traspasó a la OAS.
Fue meteórico el ascenso de la OAS en el mercado de construcción de caminos en Bolivia, que José María Bakovic en 2001 notó estar parcelado entre las ‘empreiteiras’ vinculadas a ciertos partidos políticos –Andrade Gutiérrez al MNR, Queiróz Galvão al MIR, y la recién llegada OAS a la nueva estrella del firmamento político nacional: el MAS de Evo Morales.
El buen periodismo está hecho de pálpitos. Si mal no recuerdo, la frondosa delegación boliviana que negoció con la OAS el contrato de la sobrevaluada y asesina del TIPNIS, la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, estuvo presidida por el Vicepresidente y su amiga Patricia Ballivián. En Brasil apuntan hoy a correos electrónicos de una cuñada del tesorero nacional y ex coordinadora administrativa del Partido dos Trabalhadores (PT) gobernante, de haber recibido casi $50.000 dólares de la OAS, seria evidencia del esquema corrupto de ‘empreiteiras’ con Petrobrás. En Bolivia, ¿cuándo dilucidarán quiénes son Cotapati y sus secuaces en la tenebrosa repartija de miles de dólares mal habidos de los emails? Mientras tanto, la Presidenta Rousseff declara en Australia que el Lava Jato cambiará Brasil, pero que no demonicen a las empreiteiras brasileñas.
Como en el juego de niños donde orientaban al buscador para hallar al ocultado diciendo ‘frío, frío’, hoy parece que está ‘caliente, caliente’ la identificación de las contrapartes bolivianas, ¿o debería decir cómplices?, del escándalo brasileño que desborda a nuestro país.
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