EDITORIAL
. 27 años de Correo del Sur
. 27 años de Correo del Sur
Una sociedad democrática y moderna no puede ser plenamente tal sin una prensa libre. Y es más, resulta muy difícil concebir, en este momento de la historia, el desarrollo de un pueblo sin la mirada y el impulso periodísticos
Acaso como en ningún otro momento de su existencia, hoy en día los medios de comunicación social, los tradicionales y digitales, cumplen un rol preponderante, ejerciendo no solamente como informadores del acontecer humano en sus diversas facetas, o como orientadores de la opinión pública y formadores de la conciencia social, sino como integradores e instrumentos de expresión global de la humanidad.
Asimismo, estas funciones inherentes a toda labor periodística responsable se han visto incrementadas con un otro papel, harto difícil pero insoslayable en una democracia: el control social que la ciudadanía ejerce a través de los medios respecto a los poderes establecidos, con el fin de velar por su correcto y probo ejercicio.
En el caso de nuestro país, dicho papel se torna aún más necesario, dados los considerables niveles de ineficiencia y corrupción en la cosa pública, así como el alto grado de credibilidad y confiabilidad del que gozan los medios en la sociedad civil, según lo han demostrado numerosas encuestas y estudios.
En este marco, la prensa escrita –dadas sus características intrínsecas, que le permiten un tratamiento más profundo de los temas y un seguimiento más sostenido de los mismos, así como poder albergar amplios espacios de opinión y reflexión– se constituye en herramienta privilegiada de contribución a la prosperidad moral y material, erigiéndose en tribuna donde las noticias se socializan, las ideas se debaten y acrisolan, y son expuestos a la luz tanto los aciertos como los fallos de las clases dirigentes.
Por todo lo dicho, una sociedad democrática y moderna no puede ser plenamente tal sin una prensa libre. Y es más, resulta muy difícil concebir, en este momento de la historia, el desarrollo de un pueblo sin la mirada y el impulso periodísticos.
Fue en este entendido, precisamente, y con la vista puesta en el progreso de Chuquisaca, que la familia Canelas Tardío –de vasta y reconocida experiencia periodística a nivel nacional– tomó la decisión en 1987 de crear un diario en Sucre, que pese a ser la Capital de la República y ciudad intelectual por excelencia, no contaba con una publicación de esta naturaleza durante más de dos décadas atrás.
Fue así que, un día como hoy, hace veintisiete años, salió a las calles la primera edición de Correo del Sur, bajo la dirección del destacado escritor y diplomático Fernando Ortiz Sanz, a quien sucedería, cinco años más tarde, el desaparecido Jorge Suárez, reconocido periodista y narrador. Posteriormente, en diciembre de 1998, con un dinámico equipo de jóvenes comunicadores, Correo del Sur estrenó un nuevo formato y modernizó su concepción periodística, pero sin apartarse un ápice de su objetivo fundacional de aportar al desarrollo de la región ejerciendo un periodismo libre y responsable, tal como quedó expresado en el lema escogido para su relanzamiento y que hoy continúa caracterizando nuestra labor: "Gente de hoy, valores de siempre".
Otra transformación estructural, tanto en el ámbito tecnológico como periodístico y gráfico, tuvo lugar hace dos años, respondiendo al compromiso de adecuarse a las exigencias y expectativas de nuestros lectores y a las continuas y dinámicas transformaciones de la prensa en el contexto mundial.
Ahora, 27 años después de su creación, Correo del Sur renueva su compromiso de trabajar por Sucre y Chuquisaca, no cejando una sola jornada en su tarea informativa, investigativa y orientadora, que no pocas veces le ha acarreado incomprensiones e insidias; las cuales, empero, resultan insignificantes frente al amplio reconocimiento con que la población ha acogido y acompañado nuestro trabajo hasta el día de hoy.
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