LA NOTICIA DE PERFIL
Con las barbas en remojo
Con las barbas en remojo
Paulovich.- Desde que me convertí en socio periodístico de una cholita me entero de todo lo que sucede y sucederá en nuestro país, incluidos algunos adulterios resonantes en el mundo de las cholas que no repercuten en las noticias de sociedad de los periódicos importantes del país.
Es que Macacha parece saberlo todo con sólo acudir al Mercado Rodríguez y otros de La Paz que parecen constituir una fuente inagotable donde una periodista que viste polleras sabe lo que sucede en cada uno de los hogares de los hombres más importantes de nuestro mundo político.
Explicado ese “modus vivendi” de mi asociada, le pregunté acerca de las últimas movidas políticas de los hombres cercanos al Presidente Vitalicio que en enero del próximo año cumple diez años de mandato.
Mi comadrita no se hizo de rogar y me contó que la “empleada del hogar” de un Ministro de Evo le contó que su señora le había dicho a su marido ministro: “¿Te has enterado, papanatas hasta cuándo estaremos gozando del Poder y tendremos tres automóviles oficiales y tú seguirás ganando un sueldo que no se acaba nunca?”.
Macacha me aclaró que esas palabras de la empleada del hogar ministerial sobre el Gabinete fueron confirmadas por la propia Ministra de Información, quien anunció públicamente que “su ciclo de tres años ha concluido y que se marchará en enero próximo”.
Tratando de enterarme de otras noticias captadas en los mercados paceños por mi hábil reportera de polleras le dije suavemente que en los hogares de todos los Ministros de Evo debe existir preocupación y hasta pánico al saberse que en enero varios Ministros y Viceministros serán removidos. Macacha me dijo que le han contado que existe preocupación en todos los hogares ministeriales y que en uno de éstos hubo una amenaza de divorcio por parte de las esposa y que en otro hogar ministerial, una digna señora amenazó a su esposo con suicidarse si su cónyuge no logra ser ratificado por el señor Presidente Vitalicio.
Luego de comentar seriamente y también burlonamente el drama de verse obligado a abandonar una situación privilegiada donde gozas de todo y nada te falta para volver a ser un Don Nadie, despreciado por tu esposa y falto de la admiración que todos tus amigos y parientes sentían por el señor Ministro.
Concluimos nuestra sabrosa conversación dirigiendo nuestro sentimiento a todos los señores Ministros y también a las Señoras Ministras que siendo mujeres y dignas funcionarias hoy tienen “Las barbas en remojo”.
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