LA NOTICIA DE PERFIL
Vacas flacas y cholas gordas
Vacas flacas y cholas gordas
Paulovich.- La otra noche, mi abnegada acompañante me llevó a visitar la Feria de Navidad donde pude adquirir algunos adornos navideños en medio de un gentío entusiasta y de las voces de las llamadas de las vendedoras que me ofrecían desde un Niño Dios recién rescatado de Belén hasta venerables imágenes del carpintero José hasta rebaños de ovejitas blancas y árboles navideños extranjeros y nacionales.
Cumplida esa visita casi ritual, dejé a mi comadre Macacha en su casa que está cerca y cuando retornaba a la mía me choqué “cara a cara” con el trasero de una vaca y creyendo que se trataba de una chola gorda le dije “perdone usted señora, es que estoy un poco ciego”. Y seguimos nuestros caminos distintos.
Cuando Macacha vino a mi casa al día siguiente, reparó en el chichón que yo lucía en la frente y tuve que explicarle mentirosamente que me había chocado contra un camión indebidamente estacionado en la calle donde vivo.
Puestos a conversar sobre los temas noticiosos de la jornada, mi clarividente reportera me dijo muy preocupada que todas las noticias que había captado en el mercado Rodríguez, en la Feria de Navidad, en algunos periódicos y canales de televisión convergían en que ya se había iniciado para Bolivia la época de las vacas flacas, hecho que trataban de disimular nuestro Presidente Vitalicio y sus adláteres Ministros y Parlamentarios, y unos pocos “llunkus”.
Pero a la cholita cochabambina nadie la engaña y por eso me dijo con énfasis: “La época de las vacas flacas ya ha llegado a Bolivia y es por eso que usted, compadrituy, anoche se ha chocado con el trasero de una vaca y lleva usted un chichón en su frente”.
La cholita de Quillacollo me habló con mucha convicción y me ofreció mostrarme al instante las últimas cotizaciones del petróleo, del estaño, de la plata y de otros minerales y metales que Bolivia exporta, mientras nuestros gobernantes siguen tirando el dinero para asegurar la permanencia de Evo en el Poder por tiempo indefinido.
Dije a mi comadre Macacha que ante sus afirmaciones no necesitaba que me mostrase tales cotizaciones pues mi vista casi agotada no puede leer tales cifras y que por lo tanto me adhiero a su convencimiento de que la época de las vacas flacas llegó a Bolivia, pues anoche me choque “cara a cara” con el trasero de una vaca. La buena Macacha aplicó un ungüento casero a mi frente lastimada y deploró que este su compadre se choque con el trasero de una vaca flaca pudiendo chocarse de frente con alguna de las cholas gordas que venderán sus productos no sólo en la Feria Navideña, sino en casi todas las calles principales de nuestras ciudades.
Macacha concluyó sobre las vacas flacas que llegaron a Bolivia asegurándome que ella es una cholita que no es flaca pero tampoco gorda.
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