ENTRE COLUMNAS
El abrazo de París
El abrazo de París
Rodolfo Mier Luzio.- L a querella en torno al patrimonio cultural de las fiestas de la Candelaria de Puno se cerró cuando representantes de Perú y Bolivia acordaron en París una declaración común en la que cada cual reconoció la participación del vecino en esa tradición, la misma que sellaron con un “amistoso” abrazo.
Error de la representación boliviana y falta absoluta de seriedad de la UNESCO, que al ser conformada por representantes de todos los países del mundo, debiera cumplir su obligación de proteger las manifestaciones culturales e inmateriales de los pueblos y mantener su selección y nombramientos que, se supone, son fruto de estudios, análisis e investigaciones serias de ese organismo internacional, sin modificación alguna.
Tras la presentación de la solicitud peruana de reconocimiento de la Fiesta de la Virgen de la Candelaria de Puno-Perú, Bolivia había elevado a la UNESCO una reclamación oficial contra Lima, por considerar que se trataban de tradiciones bolivianas practicadas en forma distorsionada en Perú. La UNESCO hizo oídos sordos a este legítimo reclamo de Bolivia porque, lamentablemente, un número considerable de miembros de la comisión que tiene a su cargo la elección de lo que merece, o no, considerarse como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad, son de nacionalidad peruana.
Y ahora, resulta que nuestros propios representantes dieron aval y vía libre para que Perú nos robe el título otorgado hace unos años por la UNESCO en base a un estudio, investigación y documentos en los que se basó la propia UNESCO para otorgar al carnaval de Oruro el titulo de “Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”. Ahora resulta que el propio Ministro de Culturas de nuestro país llegó a un acuerdo donde expresa que “Perú y Bolivia acordaron en París una declaración común en la que cada cual reconoció la participación del vecino en esa tradición”. “Los representantes de Perú y Bolivia hicieron las paces en París al reconocer en su declaración común que ‘la inscripción en la lista representativa no implica exclusividad’ y que ‘las danzas, música y vestuarios del pueblo de Puno son acompañadas por las danzas, música y vestuarios del pueblo de Bolivia’". Es como decir, “juntos pero no revueltos”; al final, ninguna de las manifestaciones tiene una representación legítima por la demagogia de la UNESCO, y la incapacidad de nuestros representantes, para defender el título otorgado.
Lo más adecuado sería retirarse de la UNESCO y dejar que sus representantes, que ahora han mostrado incapacidad y falta de seriedad, elijan como patrimonio cultural lo que crean conveniente. Porque, como lo han demostrado, para elevar una lista no es necesaria una investigación de los antecedentes y de las manifestaciones culturales y patrimoniales. Bolivia no merece pertenecer a una organización que no mostró una actitud seria, a la altura de la representación que tiene.
El Carnaval de Oruro, sin necesidad de los nombramientos de la UNESCO que han perdido legitimidad y seriedad, ya tiene, por mérito propio, un reconocimiento respetuoso del mundo entero. Por eso, en este caso, no necesitamos el reconocimiento de un pequeño grupo de personas que, por lo que se ha visto, no tienen el conocimiento suficiente ni la capacidad de investigación; y menos, la seriedad a la que debieran obedecer por la representación que circunstancialmente tienen. Lo mismo podríamos decir de nuestros representantes gubernamentales, que fueron incapaces de hacer respetar los valores, la historia y la tradición del Carnaval de Oruro; el “abrazo de París” nos hace recuerdo al “abrazo de Charaña”, donde la que salió con las manos vacías, y un dejo de frustración y un sentimiento de traición, fue Bolivia.
Por lo menos...esa es mi opinión.
|