LA NOTICIA DE PERFIL
Presidente por cuatro días
Presidente por cuatro días
Paulovich.- Mi socia periodística llegó a mi casa envanecida y se negó a estrechar mi mano diciéndome ensoberbecida que ella no daría su diestra a nadie pues acababa de estrecharla con la de un personaje histórico.
Ajeno al mundo que me rodea no comprendí lo que le había sucedido a la cholita cochabambina, quien emocionadamente me contó que acababa de estrechar la mano derecha del Presidente de Bolivia en ejercicio, llamado Eugenio Rojas y natural de Achacachi.
Como yo seguía sin comprender qué había sucedido en el Palacio de Gobierno donde hacía veinticuatro horas mandoneaba nuestro Presidente Vitalicio Evo Morales y cuando éste viajaba lo reemplazaba el Vicepresidente Vitalicio Alvarito García Linera rogué que me explicara a la reportera polleruda, qué pudo haber sucedido con los gobernantes constitucionales de nuestro folclórico país, escuchando la siguiente explicación: “Es que debe usted saber, jefecito, por razones urgentes e irrenunciables, el Presidente y su Vice tuvieron que viajar al exterior con diferentes rumbos, teniendo que dejar las riendas del gobierno al Tercer Hombre de la nación, quien es el Presidente del Senado, el Eugenio Rojas, quien asumió el cargo de Presidente de la República, mejor dicho del Estado Plurinacional y Folclórico de Bolivia”.
Recién comprendí un poco del orgullo que empapaba a mi comadrita y la obligaba a no lavarse las manos durante una semana.
Sintiéndose dueña del Palacio Quemado o “kestti-Palacio” (como le llaman algunos vecinos de Achacachi), Macacha se dedicó a registrar los pasos más significativos del Eugenio, perdón, del Presidente a.i. Macacha me cuenta que lo primero que hizo Eugenio fue encargar al fotógrafo palaciego le tomara unas fotografías luciendo las insignias y joyas propias de la primera autoridad, ordenando a los empleados domésticos que lo vistieran con uno de los trajes exclusivos de Evo Morales.
Los subalternos obedecieron al Presidente a.i. y se obtuvieron hermosas fotografías de Eugenio.
La vivaz periodista cochabambina siguió todos los pasos que dio el Presidente interino, a quien sorprendió dentro del Despacho Presidencial donde se hizo tomar fotografías firmando algunos papeles que para la posteridad podrían equivaler a trascendentales medidas en beneficio de la nación.
Cuando Eugenio creyó estar solo grabó con un cortaplumas casero la siguiente frase en la sentadera del “trono” presidencial: “aquí estuvieron asentadas las posaderas de Eugenio, el de Achacachi”, travesura que pudo comprobar la inquieta cholita nacida en Quillacollo que nos testimonia el ingenio travieso de alguien que fue nuestro Presidente durante cuatro días.
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