AVANCE. Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, lanzaron ayer uno de los anuncios políticos más importantes de los últimos años: La normalización de sus relaciones diplomáticas.
DESPUÉS DE MÁS DE MEDIO SIGLO DE RELACIONES CARACTERIZADAS POR LA TIRANTEZ DIPLOMÁTICA
Estados Unidos y Cuba dan un giro histórico a sus relaciones
Estados Unidos y Cuba dan un giro histórico a sus relaciones
Canadá y el Vaticano facilitaron desde hace un año los contactos entre gobiernos
Washington y La Habana/EFE
En un giro a la historia escrita durante más de medio siglo, Estados Unidos y Cuba rompieron el hielo y anunciaron la normalización de sus relaciones con acciones concretas que, sin embargo, aún dejan pendiente un largo camino por recorrer.
El gobierno de Canadá y el papa Francisco como mediadores, y los presidentes de ambos países como ejecutores del histórico paso, se convirtieron en los protagonistas de la noticia que ayer dio la vuelta al mundo y se anunció casi paralelamente en EEUU y Cuba.
Al anunciar la decisión, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió que cree que la política de aislamiento "ha fracasado durante décadas", y pidió un debate "honesto" en el Congreso sobre el fin del embargo económico impuesto al país caribeño en 1961.
En un discurso desde la Casa Blanca, de unos 15 minutos y transmitido por televisión, Obama anunció el comienzo de un proceso para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países, rotas desde 1961, que contempla la apertura de embajadas en Washington y La Habana en los próximos meses.
La "rígida política" que marcó las relaciones bilaterales "tiene sus raíces en acontecimientos que ocurrieron antes de que la mayoría de nosotros hubiéramos nacido", argumentó Obama.
El "aislamiento no ha funcionado", añadió el Presidente, para quien "es momento de un nuevo enfoque" hacia Cuba.
El martes, Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, hablaron por teléfono para cerrar el acuerdo anunciado ayer y esa conversación, que duró aproximadamente una hora, supuso el primer contacto entre los líderes de ambos países en más de medio siglo.
Según altos funcionarios del Gobierno, que hablaron bajo anonimato en una conferencia telefónica con periodistas, las conversaciones secretas entre delegaciones de EE.UU. y Cuba para explorar la normalización de las relaciones comenzaron hace más de un año y las reuniones se celebraron en su mayoría en Canadá.
El Vaticano también facilitó los contactos, recibiendo a delegaciones de los dos países, y el papa Francisco se involucró personalmente en las negociaciones con el envío de cartas a Obama y a Raúl Castro, en las que abogaba por la liberación del estadounidense Alan Gross y de los tres espías cubanos que aún cumplían condena en EE.UU.
El ex presidente cubano Fidel Castro "no participó en las discusiones" de forma directa, pero sí autorizó las negociaciones, de acuerdo con las fuentes estadounidenses.
Obama admitió en su discurso que la situación de Gross, condenado a 15 años de cárcel en Cuba por actividades subversivas y liberado tras haber pasado más de cinco años preso, suponía un "gran obstáculo" en su objetivo de avanzar hacia la normalización de las relaciones con Cuba.
Gross fue liberado por el Gobierno cubano "por razones humanitarias" y llegó a una base militar a las afueras de Washington, mientras que los tres agentes cubanos del grupo de "Los Cinco", Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, condenados en 2001, que aún estaban presos, también recuperaron la libertad y volaron a La Habana.
Además, Cuba se comprometió, en el marco de este acuerdo, a liberar a más de 50 presos políticos, de acuerdo con altos funcionarios estadounidenses.
"No espero que los cambios que estoy anunciando provoquen una transformación de la sociedad cubana de la noche a la mañana", señaló Obama.
CASTRO AGRADECIDO
Castro agradeció el apoyo del Vaticano y del papa Francisco, al "mejoramiento" de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y al Gobierno de Canadá por haber facilitado un diálogo de "alto nivel".
"Resultado de un diálogo al más alto nivel, que incluyó una conversación telefónica que sostuve ayer con el presidente Barack Obama, se ha podido avanzar en la solución de algunos temas de interés para ambas naciones", señaló Castro.
"Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar", exigió el presidente cubano, quien apareció vestido de militar.
Durante un mensaje televisado en forma simultánea, Castro propuso a Estados Unidos "adoptar medidas mutuas para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos", algo que podría concretarse con la pronta apertura de respectivas embajadas en La Habana y Washington.
Reiteró su disposición de entablar un diálogo "respetuoso", "recíproco" y "basado en la igualdad soberana" y reclamó el fin de las restricciones a "los viajes, el correo postal directo y las telecomunicaciones".
Las medidas anunciadas por Obama incluyen la flexibilización de las restricciones a los viajes y el comercio entre EE.UU. y Cuba, así como a las remesas que reciben los cubanos desde territorio estadounidense.
"Vamos a seguir apoyando a la sociedad civil en ese país", prometió al destacar que Estados Unidos seguirá expresando sus "diferencias" con el Gobierno cubano con respecto a la situación de la democracia y los derechos humanos en Cuba.
REACCIÓN EN MIAMI
El "guiño" que hizo Barack Obama a la ciudad de Miami en su histórico discurso en el que anunciaba el restablecimiento de relaciones diplomáticas con La Habana, no sedujo lo más mínimo al exilio cubano, que recibió la noticia como "un jarro de agua fría".
"Cobarde" y "traidor" son algunos de los calificativos que dedicaron al Presidente miembros del exilio, disidentes cubanos presentes en Miami como "Antúnez" y, por supuesto, líderes republicanos como Marco Rubio o Jeb Bush, ambos con aspiraciones presidenciales.
Destacados dirigentes del exilio cubano en Miami exigieron ayer estar presentes en las negociaciones entre Estados Unidos y Cuba para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
Mientras, todos los congresistas coincidieron en expresar "alivio" y "alegría" por la liberación del contratista estadounidense Alan Gross.
Uno de los legisladores más críticos con la decisión de Obama fue el republicano John Boehner.
Boehner cree que las medidas para levantar parte de las restricciones que pesan sobre la isla forman parte de "una serie de concesiones sin sentido a una dictadura que maltrata a su gente y conspira con los enemigos" del país.
Malestar también expresó el senador republicano por Florida Marco Rubio, que prometió que hará "todo lo posible" para bloquear en el Congreso las medidas tomadas por Obama.
ALEGRÍA Y ESPERANZA
En la isla, los cubanos reaccionaron con alegría, esperanza y emoción a la noticia de que su Gobierno y el de Estados Unidos han puesto en marcha la normalización de relaciones tras cinco décadas congeladas, lo que abre un nuevo futuro para los habitantes de la isla.
En una Habana muy tranquila, sin manifestaciones públicas que desvelen el día histórico que ayer vivió Cuba, varios consultados dijeron que recibieron la noticia en plena calle y, no por esperada, dejó de ser una sorpresa.
Se estima que el 70% de los cubanos nació bajo el embargo impuesto por EE.UU. al romper relaciones con el régimen comunista de Fidel Castro en 1961.
América Latina expresa su respaldo unánime a la medida
MENSAJE. Cubanos observan el discurso del presidente Raúl Castro.
América Latina dio ayer un unánime y sonoro espaldarazo a la decisión de Estados Unidos y Cuba de normalizar sus relaciones después de 53 años de enemistad y destacó la valentía de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro por haber dado este paso.
El anuncio hecho en simultáneo por Obama desde Washington y Castro desde La Habana fue calificado de "histórico" por Gobiernos y organismos internacionales como la ONU y la OEA.
La "gran noticia", como la calificaron muchos, sorprendió a todos, pese a que en la facilitación del acuerdo intervinieron terceras partes, fundamentalmente el papa Francisco y el Gobierno de Canadá, país donde se celebraron varias reuniones secretas.
Las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y Brasil, Dilma Rousseff, nunca pensaron que iban a ver una reconciliación de Cuba y EE.UU., según reconocieron en la ciudad argentina de Paraná, donde se celebró una cumbre de Mercosur.
Para el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ambas partes demostraron una "enorme altura de miras".
El jefe de Estado de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, apuntó que este giro político de Obama puede abrir "un nuevo momento en el diálogo entre Estados Unidos y América Latina".
La presidenta argentina, Cristina Fernández, aplaudió la "decisión inteligente" del presidente Obama y también elogió al Gobierno cubano, porque en este proceso de normalización con Estados Unidos actuó "con absoluta dignidad y en un pie de igualdad".
En el mismo sentido se pronunció el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, quien dijo que la organización está dispuesta a apoyar a los dos países en todo lo que sea necesario para favorecer futuras decisiones en ese sentido.
"Hay que reconocer el gesto de valentía del presidente Barack Obama", quien ha dado "quizá el paso mas importante de su Presidencia", subrayó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Bolivia también saludó la decisión estadounidense.
Visita
La Casa Blanca no descartó ayer que el presidente Obama, visite Cuba durante los dos años que le quedan de mandato, tras el anuncio del inicio de un diálogo bilateral para restablecer las relaciones diplomáticas.
Foto
LIBERADO. El contratista estadounidense, Alan Gross, habla a los medios en Washington.
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