DESDE LA TRINCHERA
El centro histórico y la Navidad
El centro histórico y la Navidad
Gastón Solares Ávila.- Este año, quizá como nunca antes, se nota el esmero en los arreglos navideños, lo que demuestra un trabajo de mayor participación. Resalta más la belleza de nuestra arquitectura, por la cual se nos incorporó al grupo de ciudades patrimoniales, honor y orgullo que los ciudadanos tenemos la obligación de resguardar.
Si bien es cierto que el título es para toda la ciudad, también es cierto que se lo debe solamente al centro histórico, pues el crecimiento ha sido vertiginoso y, lamentablemente, caótico, desordenado, sin planificación y control, porque se han dejado las nuevas edificaciones sin terminar, lo que ha cambiado nuestra característica de ciudad blanca por la de ciudad inconclusa.
Estamos en una época otra vez electoral, de manera que los candidatos tienen tiempo de reflexionar para incorporar en su campaña, como primer objetivo, la restauración del centro histórico, como el mejor regalo que se le puede hacer a la ciudad y a los habitantes en esta Navidad.
Ojalá se den cuenta todos los que pretendan ocupar cargos públicos que el futuro de Sucre está en el turismo, esa inagotable fuente de recursos que cobra por todo y no entrega nada, sino recuerdos e imágenes, privilegio que nos distingue de otras ciudades por nuestra riqueza arquitectónica e histórica que nadie nos puede quitar.
Hace días visitó Sucre el representante del Banco Interamericano de Desarrollo para Bolivia, un hombre enamorado del llamado casco histórico, ofreciendo financiar recursos precisamente para su restauración porque lo encontró, según sus propias palabras, muy deteriorado. Visitó a algunas autoridades y dijo que, como es lógico, se precisa un trámite en el que intervengan las autoridades de la ciudad y del Gobierno nacional. Para ello, la coordinación y las buenas relaciones entre todas ellas son una condición de la que no se puede prescindir. Ya tenemos la experiencia de lo ocurrido en el pasado reciente, de manera que no queda otra opción que modificar la conducta y trabajar evitando que se repitan situaciones ridículas, como las impulsadas en las ferias navideñas, que ocasionan caos en la ciudad y empeoran la imagen que caracteriza hoy a la desacreditada Policía boliviana
La renovación de aceras, de calzadas, de fachadas de las casas, el decorado de balcones con flores como las pelargonias, el enterrado de cables y el arreglo de plazas, parques y plazuelas, junto a un sistema eficiente de limpieza diaria, tiene que ser el programa de trabajo que ofrezca cada candidato consciente de la necesidad de fijar la mirada en una de nuestras fortalezas que es, indiscutiblemente, nuestra cualidad turística.
Si autoridades y ciudadanos trabajamos buscando el mismo objetivo, habremos ganado todos, sin excepción, porque todos también recibiremos el beneficio que genera el turismo y las luces que adornan esta época navideña, no tendrán necesidad de ser distintas ni diferenciadas para cada sector, pues la Navidad es una fiesta de todos, no es patriótica, no pertenece a ningún partido, es una fiesta universal que pregona la paz y la unidad basada en los principios cristianos, que deberían ser el sustento de la sociedad boliviana. Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo.
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