ENTRE COLUMNAS
Hora de los balances
Hora de los balances
Rodolfo Mier Luzio
Cuando llega fin de año, es una práctica común realizar balances de lo que ocurrió en el año que se va. Como en todo hay cosas positivas, pero también otras bastante negativas, que han marcado las actividades fiscales y particulares. Los medios de comunicación, acostumbran a seleccionar las noticias que han sido parte de la agenda en la vida de los bolivianos; claro, de acuerdo al criterio de los periodistas de las diferentes fuentes del quehacer social, político oficialista, y de la oposición, que este año que nos deja tuvo una actividad intensa, por haber sido un año electoral.
Hubo cosas malas y otras buenas, lo que es natural en este tipo de balances; si no conociéramos las malas prácticas, no supiéramos diferenciar las buenas y que merecen la pena destacar; o viceversa. Si no supiéramos apreciar las buenas gestiones, las malas pasarían desapercibidas.
Aparentemente, la nacionalización de los hidrocarburos favoreció a Bolivia, proporcionándole mayores ingresos, pero resulta que en realidad no fue una nacionalización como tal: hasta hoy seguimos pagando indemnizaciones. Se trató sólo de una migración de contratos por los que hay que pagar como se hizo sólo hace unos días atrás con la empresa Chaco, que recibió más de 300 millones de dólares por sus inversiones en nuestro país.
Un paso importante, la adquisición de un satélite por más de 300 millones de dólares. El precio no es para nada una ganga; los hay mucho más baratos y con funciones más completas. Algo aparentemente bueno, pero también caro.
El Presidente dijo que está de acuerdo con el “debido proceso”, pero, como se maneja la justicia de poncho y pollera, es más proclive al “debido capricho”. Eso crea una situación de inestabilidad jurídica que lastima a la democracia y a la seguridad jurídica boliviana, lo que influye negativamente en la sociedad y la seguridad jurídica que requieren los capitales extranjeros para invertir en proyectos de desarrollo.
Hablando de economía, el Gobierno admitió que 2015 puede ser un año negro si la baja del precio de crudo y los minerales continúa como hasta ahora. Lo malo es que el Ministro de Economía persistía en negarlo, aduciendo que se tomaron las medidas adecuadas. No se puede solucionar el problema que se aproxima aumentando los volúmenes de exportación. Las reservas también se agotan.
Lo peor del año fue el comportamiento errático del Tribunal Supremo Electoral que siendo absolutamente funcional al Gobierno, inhabilita a los candidatos “peligrosos” a los planes masistas y para eso se apoya en los operadores de justicia que obedecen al oficialismo y no a la ley; de manera que hacen todos los esfuerzos por ganar en mesa, antes que hacerlo en cancha. Ese hecho deslegitimiza a quienes pudieran acceder a los puestos políticos en disputa, asestándole un golpe mortal a la democracia; y lo peor, es que nos consideran unos eunucos mentales y creen que no nos damos cuenta de esas jugadas de las que el TSE es un eficiente operador.
Por lo menos...esa es mi opinión.
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