A TI, JOVEN CAMPESINO
7.000 millones de pancitos
7.000 millones de pancitos
P. Pedro Rentería Guardo.- Bueno, seguro que hoy, ahora, son necesarios ya más de 7.000 millones. Están terminando las vacaciones estivales que habrán sido para ti, muchacho del colegio y del hogar-internado, ocasión de trabajo, deporte, vivencia familiar y quizá… ¡aburrimiento!
En los últimos días te he escrito para desearte cosas buenas en este recién estrenado 2015: ilusión para afrontar tu labor principal que es la formación y el estudio, armonía y diálogo con tus padres y demás familiares, ganas de convivir sanamente con tus amigos y compañeros, creatividad en esas dimensiones artísticas y deportivas que te atraen. Y, ¿cómo no?, interés y ganas en tu crecimiento espiritual, en tu relación con lo trascendente, en tu querer alcanzar el corazón de Papá-Dios con la ofrenda de tu propio corazón.
Además –y no me cansaré de repetirlo– espero que no des cancha en tu vida a esos malos amigos que son el alcohol y las drogas. Ojalá que la lectura de buenos libros te acerque a otras geografías y culturas, a enriquecedoras experiencias de otros jóvenes, a la maltrecha Naturaleza que reclama nuestro respeto y cuidado.
Pero este 2015 no será completo para ti, ni para nadie, si no aterrizamos nuestra mirada en tantas gentes olvidadas, excluidas, despreciadas. Cerca y lejos. Es, todavía, esa evidente e injusta realidad que marca el día a día de muchos en el mundo.
Apenas me gustan los números y las estadísticas, pero debo recurrir a ellos para despertar un poco tu conciencia. Las cifras son esclarecedoras. Fíjate: sólo el 20% de la población mundial acumula el 90% de las riquezas. La desigualdad es evidente y escandalosa.
Permíteme desglosar más datos. El 80% de los refugiados –hoy estremece la aventura de tantos cristianos que huyen del islamismo radical– son mujeres y niños. 52 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda. Cada día, 30.000 de estos niños mueren de enfermedades que hubieran podido ser evitadas. En África subsahariana, cerca de la mitad de la población no tiene acceso al agua potable. Al horizonte del 2020, algunos países africanos podrían perder más de una cuarta parte de su población activa por causa del Sida. Son datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Todos los años se pierden millones de hectáreas de bosques. En todo el mundo continúa la tendencia al alza de las emisiones de gases de efecto invernadero (Informe de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, 2014). Pero no podemos silenciar que estos Objetivos de Desarrollo han reducido la pobreza a la mitad, cinco años antes de 2015, la fecha establecida. Aún así, queda mucho por conseguir.
A pesar de las carencias que tú puedas sufrir, recuerda que tienes la posibilidad de recibir educación y cuidados. No estás solo. No te sientas solo.
¿Por qué insisto en todo esto? Estoy seguro de que ya sabes mi respuesta: de ti, de tu futuro, dependerá en gran medida que algunas de estas feas cifras mejoren o desaparezcan. No escribo tonterías. Seamos solidarios con cuanto acontece a nuestro alrededor, más si se trata del sufrimiento de muchos.
Los educadores pretendemos que cuando la formación de hoy te consiga la profesionalización de mañana, aportes tu granito de arena, tu empeño, para mejorar tanta penuria.
Lucha para que cada ser humano tenga alimentos, medicinas, agua, ropa, juguetes, tecnología, libertad… ¡dignidad! Que, como decimos en Bolivia, disfrute del pan de cada día, resumen simpático de los demás dones.
Comienza este desafiante 2015 con una población mundial de 7.000 millones de habitantes. Bueno, hoy, ahora, somos ya más de 7.000 millones.
O sea, necesitamos cada día más de 7.000 millones de pancitos… ¿Te apuntas a conseguirlos?
Esta columna lamenta y condena los crímenes ocurridos estos días en París. Que no ceda la libertad de expresión ante el odio de quienes sólo ven en la violencia asesina la defensa de sus mezquinos intereses. Que Dios escuche nuestras plegarias por las víctimas.
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