Pan y Circo
Pan y Circo
Paulovich.- Cuando retornamos de Uyuni, dije a mi pariente espiritual y socia periodista: “La función ha terminado, las luces y las candilejas ya fueron apagadas y los payasos se aprestan a lavar sus caras, mientras los empresarios guardan los billetes que ganaron…”
La cholita de Quillacollo me miró extraviada sin comprenderme y me respondió: “Parece que está usted ‘colifato’, jefecito, pues nunca estuvimos en ningún circo sino en Uyuni, donde participamos de la maravillosa prueba mundial del Dakar que ha colocado a Bolivia en el mapa mundial, según me dijo Evo; todo eso gracias a la clarividencia de nuestros gobernantes Evo Morales y algunos de sus colaboradores…”
Al darme cuenta de que mi comadrita Macacha seguía siendo otra víctima más del “embrujo Dakar”, llamé en mi ayuda al yatiri Kalimán para que me colaborase en la difícil tarea de desembrujar a la cholita y hacerle comprender que acababa de regresar de un circo cuyo propietario es el Gobierno.
El yatiri Kalimán preparó un brebaje fabricado con hierbas desconocidas y obligó a Macacha a que lo bebiera de un solo “jauke”, como decimos en mi pueblo.
Al cabo de un cuarto de hora, la cholita abrió los ojos y dijo semidormida “Yo soy Macacha, la cholita de Quillacollo y reconozco que estuve en un circo levantado en la ciudad de Uyuni… y veo al Vicepresidente Alvarito diciéndole a Evo: ‘Al pueblo hay que darle pan y circo, como ya lo hicieron los emperadores romanos. Ya le dimos circo, mañana veremos cómo le damos pan, de acuerdo con las demandas salariales que nos presentarán la Central Obrera y otras organizaciones laborales…’”
Preocupado por la salud mental de la cholita cochabambina, pedí al yatiri Kalimán que inmediatamente despertara a mi querida comadre. Y así lo hizo, volviendo Macacha a la lógica de los hechos pues al reconocerme me dijo: “Usted es mi jefecito en mi trabajo periodístico y prometo que, a partir de este momento, aceptaré sus directivas, por las cuales reconozco que nuestro actual Gobierno nos proporciona muy inteligentemente pan y circo. La prueba del Dakar fue una función de circo que nos emocionó y hasta hizo llorar a algunos, hinchó la soberbia a sus organizadores, los que siguieron la prueba montados en sus helicópteros…”
Esto y mucho más dijo mi comadrita al recuperarse del embrujo al que había sido sometida por algunos genios del mal.
Ahora, plenamente recuperada me dijo: “No crea usted, compadrituy, que he olvidado todo el dinero que le he prestado el año pasado, ya me lo estará pagando cuando mejore la situación, mientras tanto nada le faltará si usted permanece a mi lado hasta que yo sea una periodista de verdad…”
Así habló Macacha. Mientras tanto seguiremos caminando bajo las instrucciones en tiempos de circo y en tiempos de pan. Ya lo decían los romanos “Panem et circenses…”
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